TLta entrada es un dislate, la salida te deja en un laberinto con un stop endiablado. El interior es viejo, siniestro y desasosegante. Y además, es caro. El aparcamiento público de Puerta Talavera en Plasencia es el que ofrece la peor relación calidad-precio de Extremadura. ¡Ahí es nada! Te cobran 1.10 euros por cada hora, casi el doble que en otros aparcamientos modernos y funcionales de la región. Y te ofrecen plazas estrechas a las que llegas tras un descenso tremebundo a las profundidades de un thriller inquietante. Su ventaja es que queda céntrico y esa es, también, su desventaja: es tan buen negocio que no lo remozan ni abaratan.

Una reciente sentencia del juzgado número 46 de Madrid dice que los aparcamientos no podrán cobrar por hora o fracción, sino por el tiempo exacto de utilización. Afortunadamente, así se acabará con el abuso de las empresas de aparcamientos de Extremadura y de toda España, que en cuanto te pasabas un segundo, te cobraban una hora.

En Plasencia, además, con la historia esta de los pivotes para campeones de halterofilia, han desaparecido varias plazas de aparcamiento y los comerciantes están que trinan. La concejala Raquel Puertas, tan ilusa, la pobre, intenta templar el ambiente prometiendo agilización en las obras del aparcamiento de Puerta del Sol y asegurando que va a pedir una rebaja en el de Puerta Talavera. ¡Pero Raquel, cielo, qué rebaja ni qué rebajo! Por aparcar en Puerta Talavera, más que pagar los usuarios, deberían pagarnos un plus de desasosiego.

*Periodista