Tras casi seis años de borradores y anteproyectos, el Congreso de los Diputados ha aprobado con consenso de todos los grupos la ley de seguridad alimentaria con un articulado que limita los productos insanos en los centros escolares para luchar contra obesidad. El texto prácticamente destierra las chucherías, los aperitivos salados, la bollería industrial y los refrescos de lascafeterías y máquinas expendedoras de colegios e institutos. La norma prohíbe la venta de alimentos y bebidas con un alto contenido en ácidos grasos trans, ácidos grasos saturados, sal y azúcares. Sistemas de alerta La ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Pajín, ha destacado en el debate del Congreso que la ley tiene como objetivo fortalecer la salud pública y la seguridad alimentaria, pone el acento en la prevención y en la precaución, y refuerza la coordinación entre todas las administraciones públicas. La norma, según la ministra, "encaja perfectamente" en el engranaje autonómico en materia de seguridad alimentaria y refuerza la colaboración y la cooperación entre las diferentes administraciones públicas. "Lamentablemente hemos sido testigos directos de las consecuencias que puede tener en un país fuerte como Alemania el no disponer de esa coordinación sólida y eficaz", ha dicho Pajín, que ha recordado que la tramitación final de esta norma ha coincidido con una crisis alimentaria, la del pepino, que ha afectado a toda Europa y especialmente a los productores españoles. También ha anunciado que promoverá un debate para mejorar los sistemas de alerta ante la crisis alimentarias. La ley, que el Gobierno quiere desarrollar reglamentariamene antes del 2012, vetará las bebidas con cafeína u otras sustancias estimulantes o ni aquellas que tengan edulcorantes artificiales o light. Además, tanto en las máquinas expendedoras como en las cantinas de los centros educativos no se podrían vender productos de más de 200 kilocalorías, con más de 0,5 gramos de sal ni, por supuesto, que llevasen algún ácido graso trans (excepto los que tienen de forma natural los lácteos o productos cárnicos). Además, como mucho solo el 30% de las kilocalorías podrían ser grasas y no más del 10%, saturadas. En el recreo tocará comer fruta, bocadillos no envasados (al estar compuestos de pan mayoritariamente no ofrecen un aporte excesivo de grasas, azúcares y sal, sostiene Sanidad) o zumos. Y mucha agua. Preferiblemente no embotellada, dice Sanidad. Respecto a los menús escolares, la ley establece que tendrán que ser sanos y ser diseñados por expertos en nutrición. En las instalaciones que lo permitan, se cocinarán menús adaptados a las necesidades especiales de los alumnos que padezcan alergias e intolerancias alimentarias como los celiacos. Está enmienda fue incoporada en el Senado.