El proyecto de ley de investigación biomédica que ayer aprobó el Gobierno, y que ahora se debatirá en las Cortes, sitúa a España entre los cuatro únicos países de Europa que autorizan el uso de las técnicas de clonación celular con fines terapéuticos. Este recurso, en fase de investigación, puede conducir en un futuro aún sin plazo a la curación de enfermedades degenerativas por medio de la reproducción de células sanas que sustituirán a las que están enfermando un órgano.

El texto establece en un exhaustivo capítulo los mecanismos que deben impedir que un proceso de clonación celular tenga como fin la creación de seres humanos idénticos o la manipulación genética, con fines estéticos, de un feto en desarrollo. En el proceso de clonación celular autorizado se emplearán ovocitos que serán estimulados eléctricamente para que sigan un desarrollo similar al de un embrión --requisito imprescindible para obtener sus células madre-- pero no serán fecundados por ningún espermatozoide.

NO EXISTE EMBRION No obstante, médicos y entidades católicas rechazaron ayer el proyecto de ley. "Los ovocitos se activan para que evolucionen, pero no se les puede considerar un embrión --afirmó ayer Anna Veiga, directora del banco de células madre del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona--. Solo existe embrión si un óvulo es fecundado por un espermatozoide, y eso no ocurre en la clonación terapéutica". La norma prohíbe la creación de embriones destinados a la investigación.

"La ley española de biomedicina, similar a las aprobadas en el Reino Unido, Suecia y Bélgica, cuenta con las máximas garantías éticas, jurídicas y sanitarias", aseguró la ministra de Sanidad, Elena Salgado. Toda la investigación celular que se realice en España será autorizada y coordinada por el Instituto de Salud Carlos III, adscrito al Ministerio de Sanidad.

Las técnicas de clonación terapéutica, en fase de experimentación en todo el mundo, buscan obtener líneas de células madre --origen de todos los órganos-- con las que dar lugar a un tejido específico susceptible de ser trasplantado en sustitución de una zona enferma. Para conseguirlo, se transfiere el núcleo de la célula adulta de un enfermo a un ovocito (obtenido por donación pública) al que previamente se le habrá extraído su núcleo.

El objetivo es reprogramar el crecimiento celular del ovocito y reorientarlo hacia la creación del tejido u órgano que aquel enfermo necesita regenerar. El panorama terapéutico al que pueden dar lugar estos procesos es inmenso, coinciden los investigadores.

El proyecto también regula la realización de análisis genéticos dirigidos a detectar el riesgo de sufrir una enfermedad por parte de un individuo o su descendencia, con el fin de tratarlos de forma precoz o facilitarles medidas preventivas. El texto reconoce el derecho del paciente a ser informado, o no, sobre el resultado de dichos análisis.

Otra novedad es la creación del Comité de Bioética de España, integrado por representantes de las autonomías.