Un hombre de 64 años se convirtió en la tercera víctima fatal por el coronavirus en Argentina. El fallecido era diabético e hipertenso. Se trataba del paciente número 15 y se encontraba internado desde el pasado viernes. No había viajado al exterior aunque había mantenido un "contacto directo" con una mujer que estuvo en Europa y se encuentra hospitalizada.

El total de casos confirmados con la enfermedad asciende a 97. La mayoría de los infectados habían estado en "zonas de riesgo". El primer deceso por el COVID-19 tuvo lugar el pasado 7 de marzo. Era un paciente, también de 64 años, residente de Buenos Aires. Había estado en Francia y padecía diabetes, hipertensión, bronquitis crónica e insuficiencia renal. El segundo fallecido fue un ingeniero de 61 años, ingeniero, que también tenía enfermedades preexistentes y había vuelto días antes de un viaje por Europa.

Argentina ha cerrado sus aeropuertos, fronteras e instituciones educativas. También se cancelaron todo tipo de reuniones en el espacio público y se impulso el autoaislamiento por dos semanas de todos aquellos que vinieron de la UE, Estados Unidos o China. Pero las autoridades preparan medidas más rigurosas. De acuerdo con los medios de prensa capitalinos, el presidente Alberto Fernández avanza hacia la declaración de una cuarentena general en todo el país para combatir la expansión del coronavirus.

Fernández se reunió en la sede del Poder Ejecutivo con representantes del oficialismo y la oposición. A pesar de las profundas diferencias políticas que separan al peronismo de sus adversarios, el mandatario cree que es momento de poner las querellas entre paréntesis y acordar acciones comunes.

Los dirigentes opositores se mostraron de acuerdo en la necesidad de concentrar los esfuerzos para achatar todo lo posible la "curva" del número de infectados de forma que quienes se contagien puedan ser contenidos por el sistema sanitario y, de esta manera, evitar las experiencias de saturación en los hospitales que han padecido dramáticamente los italianos en especial.

Durante la reunión se planteó un problema que desvela a los especialistas: la centralización de los análisis en el Instituto Malbrán de la ciudad de Buenos Aires, único de su tipo en todo el país. Ese grado de acumulación de las responsabilidades tiene un techo. Lo que se teme es que semejante limitación de fuerzas y recursos no permita conocer con certeza el número de infectados debido a las muestras desde las provincias se demoran mucho en procesarse.