La Armada española procedió ayer a la expulsión de la zona de las 200 millas territoriales del buque Moskowsky , con bandera de Malta, por no reunir las condiciones pactadas esta semana en la cumbre hispano-francesa celebrada en Málaga. A ese acuerdo se han sumado también Italia y Portugal, para impedir que por sus aguas naveguen barcos que sean un riesgo para las costas.

El anuncio de la primera expulsión de un barco de aguas españolas, tras el vertido del Prestige , lo realizó el presidente del Gobierno, José María Aznar, en Corfú, al término de la reunión de la Internacional Demócrata de Centro (IDC). El vicepresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, lo confirmó con una frase: "Esto es un aviso a navegantes".

Aznar anunció que expondrá hoy en Madrid sus propuestas al primer ministro danés y presidente de turno de la UE, Andres Fogh Rasmussen, aunque reconoció que puede haber "visiones distintas" de algunos países.

El presidente logró que la IDC inste a la UE a poner en marcha la Agencia de Seguridad Marítima y a aplicar controles para los barcos más viejos y para los que transporten mercancías peligrosas. Además, pide a la UE la creación de un fondo de 1.000 millones de euros para las víctimas.

Por otra parte, el batiscafo francés Nautile , que el Gobierno ha contratado para comprobar el estado de los restos sumergidos del Prestige , empezará hoy sus trabajos. El alquiler del Nautile cuesta 700.000 euros.