Joven aunque sobradamente preparada. Esta frase sacada de una antigua campaña publicitaria es la mejor definición de Elena Trenado, una joven nacida hace 26 años en La Coronada (Badajoz), premiada por la Obra Social La Caixa con una beca para realizar un máster en medio ambiente y arquitectura bioclimática en la Universidad Politécnica de Madrid. Un apoyo que ha logrado gracias a sus brillantes curriculum y expediente.

Con seis matrículas de honor en su carrera de Arquitectura en la Universidad de Sevilla; su 9,37 de nota final en Bachillerato y Selectividad, ha trabajado en dos gabinetes de arquitectura. El último de ellos en Madrid, donde dirigió la gestión y desarrollo del proyecto de construcción de un edificio con 142 viviendas en el Ensanche de Vallecas; "bajo la supervisión del jefe" explicaba ayer a este diario desde su residencia en Madrid.

A la capital se trasladó el año después de acabar la carrera para estudiar el mismo máster. "Me puse a trabajar para costeármelo, pero estaba muy bien en el trabajo y al final no lo hice". Lo intentó este año pero no podía compaginarlo así que buscó por internet becas.

Fue seleccionada por la Obra Social de La Caixa para ser uno de los 60 alumnos becados en España. Sólo le queda entregar la tesina para finalizar el máster; y ya tiene planes de futuro. "Ahora me he planteado montar mi propio estudio de arquitectura, con un socio. Estamos en la fase de elaborar el plan de empresas, pero de momento estoy centrada en el máster".

Su futura empresa estará en Madrid, desde donde espera desarrollar proyectos bioclimáticos (respetuosos con el medio ambiente y sostenibles), también para las comarcas de La Serena y Vegas Altas. Su proyecto ideal es su vivienda. "Es un deseo común a todos los arquitectos porque es donde tienes libertad absoluta". Pero se marca un reto más ambicioso: construir una gran torre porque "suele ser muy difícil que funcione desde el punto de vista bioclimático, aunque ya hay arquitectos que lo están logrando".

Para Elena, dedicarse a la arquitectura bioclimática "es una forma de aportar mi granito de arena en la lucha contra el cambio climático". Considera que los pueblos extremeños son asentamientos urbanos sostenibles que contaminan poco; sin embargo, en poblaciones grandes como Don Benito o Villanueva "se deben hacer sostenibles las políticas de crecimiento urbano, para evitar tener la vivienda lejos del lugar de trabajo que obligue a usar vehículos, impulsando el uso de la bicicleta y el transporte urbano".

Elena aboga por una sintonía entre precios asequibles de viviendas y edificios bioclimáticos. Los materiales tienen el mismo precio sólo que "supone un mayor esfuerzo para el arquitecto, que aseguro, compensa" .