Apenas un año le ha durado la libertad a Miguel Montes Neiro, el que fuera considerado el preso más antiguo de España, con más de 30 años de prisión a sus espaldas, y que abandonó la cárcel en febrero del 2012 tras conseguir diversos indultos. Agentes de la Policía Nacional le detuvieron ayer por la mañana por su presunta vinculación con un robo millonario de joyas en un centro comercial de Puerto Banús, en Marbella, a finales del pasado año. Los ladrones, según explicaron entonces fuentes policiales, entraron a cara descubierta y fueron directamente a las piezas más caras, dándose a la fuga con un botín de más de cuatro millones de euros.

La noticia la dio la propia Policía Nacional a través de las redes sociales, una situación que molestó sobremanera a la familia de Montes Neiro. Su hermana Carmen se desgañitaba ayer intentando defender su inocencia, e insistía en que "han ido a buscarle las vueltas". Una frase que ya repitieron el 15 de febrero del año pasado cuando Miguel abandonó la la prisión granadina de Albolote.

Según explicó, los agentes detuvieron a Montes Neiro, de 62 años, a primera hora de la mañana en su vivienda de Mijas Costa, donde residía con sus hijas. "Reventaron la puerta del vecino por una equivocación y cuando él salió a ver qué pasaba con tanto estruendo, se le echaron encima", relató sobre la detención, que se enmarca en una operación todavía abierta que se salda de momento con seis detenidos.

"No le van a dejar tranquilo", lamentó Carmen. Y, aunque reconoció que "puede ser que haya andado con cierta gente", se mostró confiada en que su hermano "no tiene nada que ver con eso".

Eso fue el espectacular atraco a mano armada realizado la tarde del pasado 18 de noviembre en la planta baja de un conocido centro comercial en Puerto Banús. Los asaltantes se hicieron pasar por técnicos de mantenimiento y tras entrar al establecimiento sacaron sus armas e inmovilizaron con sus propias esposas a los escasos vigilantes que había, al ser un día festivo.

A continuación accedieron a las vitrinas acorazadas de la zona de joyería y en pocos minutos se hicieron con las piezas más valiosas. Fuentes conocedoras del caso señalan que algunas de las joyas habrían sido encontradas en tiendas de compraventa de oro y joyas de la Costa del Sol.

Todos los movimientos los hicieron a cara descubierta y para no ser identificados incluso sustrajeron el disco duro con las grabaciones de las cámaras de seguridad del local. Los vigilantes tardaron casi dos horas en liberarse y dar la alarma.

SIN INGRESOS Sin embargo, a su familia le extraña su vinculación con semejante robo porque Miguel pasaba penurias. Desde que abandonó la cárcel, sus únicos ingresos eran la ayuda de 400 euros de los expresidiarios y la venta de sus esculturas, y había centrado todos sus esfuerzos en convertirse en portavoz de otros presos en condiciones similares a la suya.

"Debía mil euros de dos meses de alquiler, que ha ido pidiendo a sus amigos", señalaron. "Ni podía pagar la luz y el teléfono". Los familiares apuntaron que tuvo que empeñar un anillo para celebrar las fiestas de Navidad. "Si robó tantos millones, ¿por qué viene todos los días a comer con nosotros porque no tiene nada en la nevera?", se preguntaron.