El arzobispo de Mérida-Badajoz, Santiago García Aracil, permanece ingresado en la UCI del Hospital Universitario de Valencia desde el pasado 26 de julio tras sufrir "una fuerte taquicardia" cuando se encontraba pasando unos días de vacaciones junto a sus hermanos, según confirmó ayer Antonio Muñoz Aldana, vicario de la ciudad de Badajoz.

Aracil se encuentra estable, fuera de peligro y está "animado y con sentido del humor", según explicó Muñoz Aldana, que se ha desplazado hasta Valencia junto al vicario general, Sebastián González, y el secretario del arzobispo, Pedro Fernández.

Ahora están pendientes del diagnóstico médico y de que se le prescriba un tratamiento, aunque previsiblemente no abandonará la UCI hasta mediados de la próxima semana. El arzobispo de la diócesis extremeña ya sufrió un infarto hace 20 años, aunque desde entonces no había vuelto a padecer ninguna cardiopatía severa.

El vicario general ha escrito una carta a los sacerdotes y comunidades laicas de la diócesis para informar sobre el estado del arzobispo.