El derrumbe de un edificio ubicado en el número 21 de la calle Rodríguez Arias en Palma de Mallorca ha causado la muerte de siete personas y heridas a otras cuatro (una grave

y otra con pronóstico reservado), que han sido trasladadas a los hospitales de Son Dureta y Son Llàtzer, han informado fuentes del Servicio de Emergencias. Los dos últimos fallecidos han sido localizados a partir de las tres de la tarde, tras 15 horas de búsqueda.

Uno de los siete fallecidos en el accidente ha sido identificado como Pablo Andrés Valencia, de nacionalidad colombiana y 31 años.

Entre las víctimas mortales se encuentra una niña de 16 años, un hombre de 30 y una mujer y otro hombre de unos 60 años. De momento, se desconocen dados sobre el sexo y la edad de los otros tres fallecidos.

La alcaldesa de Palma, Aina Calvo, y el concejal de Seguridad Ciudadana, Antonio Donaire, se han desplazado hasta el lugar del derrumbe, y han indicado que los equipos de rescate buscan a dos adolescente, de unos 17 años, que podrían estar atrapados entre los escombros del inmueble derrumbado. El padre ha muerto en el derrumbe y la madre está herida. Los jóvenes vivían con su familia en el segundo piso del inmueble, en el que se encontraban en el momento del accidente.

Transeúntes

Fuentes de los Bomberos de Palma han indicado que no se descarta que pueda haber entre cuatro y seis desaparecidos. Donaire ha informado que los equipos de rescate también intentan confirmar si algún transeúnte que pasaba por la zona en el momento del hundimiento.

El siniestro se produjo alrededor de la medianoche en un edificio en el que, según los datos del Padrón Municipal, estaban censados ocho personas, de cuatro familias. Aunque la Policía investiga ahora si el censo estaba actualizado o todos los habitantes se encontraban en el inmueble en el momento del siniestro.

Pareja de alemanes

En la primera planta, el piso inferior al que ocupaba esa familia, se encontraban otras tres personas, varias de las cuales podrían haber fallecido. La tercera planta la ocupaba una pareja de alemanes, cuyo estado se trata de confirmar esta mañana.

La planta baja, según los datos del censo municipal, no estaba habitada. Donaire ha indicado que el derrumbe no ha comenzado en la zona de las cocinas, sino en la de descanso, circunstancia que contribuye a descartar una explosión de gas.

A consecuencia del desprendimiento se han desalojado dos fincas colindantes, a cuyos vecinos se ha ofrecido alojamiento, que han rechazado, según el concejal.

Donaire ha indicado que en el Consistorio no se había recibido ninguna denuncia por mal estado del inmueble que se ha hundido.

Rastreo con perros

Tras el derrumbe han acudido al lugar de los hechos efectivos de Policía Local, del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil. La Unidad Canina de este último cuerpo policial se ha unido a las labores de rescate en busca de personas que pudiesen estar atrapadas entre los escombros. Además, un psicólogo atiende a los familiares de las víctimas.

Fuentes de la Policía Local han informado de que el siniestro ha provocado una montaña de seis metros de escombros. Hasta el mediodía se habían retirado entre 100 y 120 toneladas de cascotes. Al parecer, vecinos del inmueble se habrían quejado de grietas registradas en el edificio.

Descartada una fuga de gas

La compañía Gesa Endesa han informado de que los técnicos desplazados al lugar del siniestro han comprobado que no había fugas ni presencia de gas, y que las revisiones periódicas que se requieren en el edificio estaban al día. Por este motivo, la compañía descarta una explosión de gas, aunque algunos vecinos han señalado que escucharon un estruendo antes del derrumbe.

Los accesos a la plaza de Serralta y todas las calles adyacentes a la calle Rodríguez Arias continúan cortadas al tráfico. Un centenar de vecinos del barrio están observando expectantes el transcurso de las tareas de desescombro.