Mientras Vox sigue enredando la política en torno a la necesidad de que los padres autoricen si sus hijos pueden asistir a charlas contra la violencia de género, el mes de enero va camino de convertirse en uno de los más trágicos, dado que un hombre asesinó ayer a su pareja, Liliana M., de 43 años, en La Puebla de Almoradiel (Toledo). Este crimen, a falta de la confirmación oficial, eleva a cuatro las víctimas mortales de violencia machista de este año.

Esta mujer fue presuntamente apuñalada por su compañero sentimental, de 50 años, en la vivienda familiar, a las 0.25 horas de ayer, mientras los dos hijos de la pareja permanecían en el interior del inmueble. Fue el agresor el que llamó al 112 para informar del homicidio, según detalló el delegado del Gobierno en la región, Francisco Tierraseca, tras un minuto de silencio institucional. Además, la hija de la pareja avisó a los vecinos de que sus padres, ambos de origen rumano y que se instalaron en el 2006 en la localidad toledana, estaban discutiendo y su padre amenazaba a su madre.

Los servicios de emergencia que se trasladaron hasta la vivienda, así como agentes de la Guardia Civil y la policía local, no pudieron hacer nada para reanimarla a la víctima, solo certificar su muerte. El delegado del Gobierno detalló que el fallecimiento se debió a que sufrió tres puñaladas con un cuchillo. El presunto asesino fue detenido y puesto a disposición judicial.

No consta que la víctima denunciara su situación, como tampoco pidieron ayuda ni alertaron a las autoridades las otras tres asesinadas de este mes. Dos de ellas murieron en Cataluña y la otra en Castilla La-Mancha. Y es que la desconfianza hacia la justicia, el miedo, la dependencia económica y sentimental de las víctimas hacia sus parejas hace que muchas sufran en silencio los malos tratos.