El hombre más buscado de Madrid cometió sus crímenes mientras formaba parte del Ejército. El cabo Alfredo Galán Sotillo, el presunto asesino del naipe que se entregó el pasado jueves en una comisaría de Puertollano (Ciudad Real), abandonó "a voluntad propia" las Fuerzas Armadas el pasado mes de marzo, según confirmaron ayer fuentes del Ministerio de Defensa.

El primer crimen que se le imputa tuvo lugar en el mes de enero del 2003. Los otros se produjeron en febrero y marzo de este mismo año.

Defensa confirmó que Alfredo Galán participó en una misión internacional en Bosnia, aunque evitó concretar cuándo. Tampoco facilitó las unidades en las que prestó servicio durante su carrera como militar.

Fuentes de la investigación añadieron que el arrestado llevaba seis años en el Ejército y que, con toda probabilidad, no actuó solo. Esas mismas fuentes explicaron que la policía está investigando a los antiguos compañeros del excabo Galán para comprobar si alguno de ellos pudo ser su cómplice en los asesinatos del naipe. A su juicio, formaban un grupo macabro que jugaba a matar como apuesta para probar su valentía.

DOS PARACAIDISTAS

De hecho, la policía detuvo en mayo a Javier Antuñano del Toro, otro exmiembro de la brigada paracaidista, en la que Alfredo Galán también prestó servicio, según fuentes de la investigación. Asimismo Antuñano, de estética skin e ideología ultra, sirvió en Bosnia. Del toro fue puesto en libertad por los agentes por falta de pruebas.

El perfil de Alfredo Galán, de 26 años y con residencia en Alcalá de Henares (Madrid), coincide con el del asesino del naipe, supuesto autor de seis crímenes en la comunidad de Madrid.

Aunque todo apunta a que sea él, sus testimonios contradictorios han hecho que los investigadores no lo tengan todavía muy claro. Otro de los aspectos del caso es que aún el arma homicida sigue sin aparecer.

EL INTERROGATORIO

Durante el interrogatorio que tuvo lugar tras entregarse en la comisaría de la localidad manchega, Puertollano, y tras declarar que era el asesino del naipe, Alfredo Galán comentó datos específicos que sólo podían saber los agentes del caso y, por supuesto, el propio asesino. Así, por ejemplo, sabía que las cartas de la baraja arrojadas en las escenas de algunos de los crímenes a modo de macabra firma, estaban marcadas por detrás con un bolígrafo azul.

Los seis agentes de la Policía Nacional y los tres de la Guardia Civil que se desplazaron desde Madrid para interrogar al excabo durante la noche del jueves escucharon cómo éste les explicó que había recortado todas las informaciones periodísticas publicadas y relacionadas con su caso desde que, supuestamente, cometió su primer crimen, el día 24 de enero de este año.

A pesar de que ofreció muchos datos sobre los sucesos, los agentes observaron en Alfredo Galán continuas contradicciones y bastantes altibajos emocionales. Por si fuera poco, se negó a firmar su propia declaración.

EL ARMA HOMICIDA

Por otra parte, respecto del arma homicida, una Tokarev TT-33 del calibre 7,62, el arrestado explicó que la tiró a un vertedero de Puertollano, aunque no especificó cuándo.

El arma --una auténtica reliquia fabricada en los años 30 en la antigua Unión Soviética-- todavía no ha sido encontrada por los investigadores.

Fuentes del caso subrayaron que Alfredo Galán comenzó a trabajar en una empresa de seguridad privada el pasado mes de marzo, justo cuando abandonó las Fuerzas Armadas.