La carrera por la vacuna contra el covid-19 avanza a un ritmo sin precedentes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que hay 24 proyectos de vacuna que ya se están testando en ensayos clínicos. Y 142 más que siguen estudiándose en los laboratorios. Entre las opciones más avanzadas destacan los seis candidatos a vacuna que, hoy por hoy, ya se están testando en la fase 3 de la investigación; cuando las inyecciones se prueban a gran escala. Este último eslabón de la investigación supone una verdadera prueba de fuego para evaluar la seguridad y la efectividad de estos preparados. Solo si se cumplen ambos criterios se logra la luz verde de las autoridades sanitarias, quienes finalmente autorizan la aprobación del preparado.

Por ahora, estas son las vacunas más avanzadas en el proceso de los ensayos clínicos:

La vacuna de Oxford, fabricada por la farmacéutica AstraZeneca, presentó hace unos días los resultados de las primeras fases de su investigación; en las que se demostraba que, en una prueba en poco más de mil pacientes, el compuesto es seguro y eficaz (sobre todo con la inyección de dos dosis). En la fase 3 se testará en 30.000 voluntarios más, reclutados entre Reino Unido, Brasil y SudÁfrica. La compañía afirma que, en caso de aprobación, podrá producir hasta dos mil millones de dosis. Las primeras podrían entregarse en octubre.

La vacuna de Moderna publicó sus primeros "éxitos" a mediados de mayo, a través de una nota de prensa que, en tan solo un día, logró aumentar un 26% las acciones de la empresa. En julio llegó el informe científico preliminar, en el que se confirmaba que las pruebas efectuadas en 45 personas mostraban que la inyección lograba desarrollar un nivel de anticuerpos similar al que se encuentra en pacientes que han superado la covid-19. Se prevé que a finales de este mes empiece la fase tres, donde se pruebe el compuesto en 30.000 voluntarios más.

La vacuna de BioNTech y Pfizer ha sido testada hasta ahora en 45 pacientes alemanes y 360 más estadounidenses y, mientras espera empezar las pruebas en los últimos 30.000 voluntarios de la fase 3, Estados Unidos ya ha adquirido 100 millones de dosis por un valor de casi dos mil millones de dólares. La empresa afirma que, si logra buenos resultados en sus ensayos y recibe la aprobación de las autoridades sanitarias, para finales de este año producirá hasta 1.300 millones de dosis de sus vacunas.

La vacuna de Sinovach, empresa biofarmacéutica con sede en Pekín (China), ya ha sido testada en 744 pacientes de las provincias de Jiangsu y Hebei durante los meses de abril y mayo. En estas primeras pruebas de la inmunización, creada a partir de un virus inactivado, se encontró que el preparado producía una respuesta inmune sin resultados adversos graves. Su estudio se ha extendido, ya en fase 3, en Brasil, donde se prevé testarla en 8.870 participantes a partir de este mismo julio. Los resultados preliminares se esperan sobre el mes de septiembre. La farmacéutica ya se ha comprometido a fabricar 100 millones de dosis anuales.

La vacuna de Sinopharm y el Instituto de productos biológicos de Wuhan se probó en 1.120 pacientes de la provincia de Henan en abril, con resultados positivos. Y ahora, ya en fase 3, prevé suministrarse a 15.000 personas más. Sinopharm también está desarrollando otra vacuna con el Instituto de productos biológicos de Pekín, que también se encuentra en un estadio avanzado de investigación. La compañía afirma que ya ha alcanzado un acuerdo con los Emiratos Árabes para realizar allí las siguientes fases de los ensayos clínicos pero, en estos momentos, no ha aclarado con qué vacuna se va a proseguir. El ministro de salud de Abu Dhabi ha sido el primero en postularse como voluntario para estas pruebas.

Pero más allá de estos seis proyectos, los más avanzados hasta ahora en el proceso de investigación, también hay otros nombres que suenan en la carrera. El Imperial College de Londres, la Universidad de Osaka, el Instituto de Investigación Infantil Murdoch y empresas como Johnson & Johnson tienen sus proyectos en marcha. La compañía china Cansino ha desarrollado una vacuna que, aunque sigue oficialmente estancada en la fase dos con pruebas en 500 voluntarios, ya ha sido aprobada por el Gobierno chino para su "uso de emergencia" en empleados estatales y fuerzas armadas. Se trata, pues, de la primera vacuna en recibir un aprobado provisional para luchar contra la pandemia de covid-19.

¿Cuándo llegarán las primeras vacunas?

En circunstancias normales, el desarrollo de una vacuna suele demorarse una media de 10 años. Pero ahora, en medio de una crisis sanitaria global, las investigaciones avanzan a un ritmo nunca visto. Se han invertido millones en estos proyectos. La comunidad científica se ha volcado en estos estudios clínicos. Y miles de ciudadanos de todo el mundo se han prestado para estas investigaciones. En abril se calculaba que las primeras vacunas tardarían en llegar entre 12 y 18 meses. Pero ahora esta estimación no está tan clara.

Ya son varias las empresas que se han comprometido a suministrar las primeras dosis de sus vacunas entre octubre y diciembre de este mismo año. Si los ensayos clínicos llegan a buen puerto, claro. Entonces quedará por ver cómo se fabricarán y distribuirán estos preparados a gran escala. Se calcula que harían falta unos 4.000 millones de dosis para que el 50% de la población pueda vacunarse. En caso de que hicieran falta dos inyecciones para lograr una inmunización robusta, esta cifra también se multiplicaría por dos. Pero, dado que ni en el más optimista de los escenarios se lograría tal cantidad tan tan poco tiempo, la pregunta es: ¿Quién debería vacunarse primero?

La respuesta no está tan clara. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos reunió, recientemente, un grupo de expertos para abordar esta cuestión. En este fórum, algunos argumentaron que los primeros en recibir la vacuna deberían ser los trabajadores que están más expuestos a posibles contagios para que, una vez protegidos, puedan ayudar a reactivar la economía. Y otros esgrimieron que sería más justo priorizar la inmunización de los colectivos vulnerables, los que tienen más probabilidades de sufrir las graves consecuencias del virus. Pero incluso dentro de estos dos extremos hay dudas.

¿QUIÉNES DEBERÍAN SER LOS PRIMEROS EN VACUNARSE?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) propone la siguiente "asignación estratégica". Los primeros en recibirla serían los profesionales sanitarios. A continuación, los adultos mayores de 65 años. Después, los adultos con enfermedades de riesgo como problemas cardiovasculares, cáncer, diabetes, obesidad o trastornos respiratorios crónicos. Estos tres colectivos se quedarían con las primeras 4.000 millones de dosis (teniendo en cuenta que cada persona pueda necesitar dos y una tasa de desperdicio del 15%). Y, a partir de ahí, ya se podrían suministrar las vacunas para el resto de la población.

El reparto de las vacunas, estima la entidad, también se regulará en función de la "situación epidemiológica de cada país". En este sentido, Naciones Unidas también esgrime que, dado el carácter global de la pandemia, todos los países deberían recibir un suministro inicial. La Alianza Mundial para la Inmunización (GAVI) ya ha recaudado 2.000 millones de dólares para que, en un futuro, estos fármacos puedan llegar allá donde se les necesite.