La condena a cadena perpetua que afrontará Joaquín El Chapo Guzmán ha tenido numerosas reacciones a favor, pues se considera justo que se haya aplicado con todo el peso de la ley a uno de los narcotraficantes más sanguinarios de México.

Sin embargo, ahora las miradas se centran en el recinto penitenciario de máxima seguridad donde el exlíder del cartel de Sinaloa, que logró ingresar ingentes cantidades de cocaína a Estados Unidos, pasará el resto de sus días.

El Centro Penitenciario y Administrativo de Máxima Seguridad en Florence, conocida también como ADX o Supermax es una de las fortalezas más seguras del mundo y un infierno para quienes están adentro.

Ubicada a unos 185 kilómetros al sur de Denver, ADX, también apodada como la "Alcatraz de las (Montañas) Rocallosas" en honor a la célebre prisión de San Francisco, aloja a 376 reclusos.

Derechos limitados

Los criminales de alta peligrosidad que permanecen en esta prisión federal, como Dzhokhar Tsarnaev, quien puso una bomba en la maratón de Boston o y Ramzi Yousef, uno de los participantes en el atentado de 1993 contra el World Trade Center de Nueva York, apenas pueden salir de sus celdas de concreto de 2,1 por 3,6 metros. Las comidas las deslizan a través de pequeños agujeros en las puertas. La cama es una losa de concreto cubierto con un delgado colchón y mantas.

Todos los reclusos permanecen por lo general en sus celdas 23 horas encerrados y sin compañía. Cada una de ellas con una ventana estrecha de poco más de un metro de alto y en ángulo hacia arriba para que sólo se pueda ver el cielo. Los prisioneros no pueden moverse sin escolta y si lo hacen se les coloca cadenas que rodean el estómago y grilletes en las manos y pies.

Se les permite una hora de receso en una jaula al aire libre, un poco más grande que las celdas de la prisión. Dentro de la jaula, solo se puede ver el cielo.

Pueden ver la televisión en sus celdas y tener acceso a servicios religiosos, programas educativos y un almacén. Sin embargo, se aplican restricciones especiales para garantizar que los reclusos no puedan ejercer influencia o lanzar amenazas más allá de los muros de la prisión.

No obstante, aún no se sabe si Joaquín Guzmán estará en el Módulo H. Y es que, esta zona está reservada para los reclusos a los que el Departamento de Justicia ha impuesto Medidas Administrativas Especiales destinadas a limitar estrictamente todo tipo de comunicación con el mundo exterior. Tsarnaev es uno de esos inquilinos.

Derechos humanos

Desde que ADX abrió en 1994 para albergar a los presos que no pueden estar en penales comunes, al menos seis presos se han suicidado, dice la demanda. En la mayoría de casos de suicidio, los prisioneros se han colgado a sí mismos con sábanas.

Y es que, las condiciones en que viven los presos de la ADX Florence ha generado preocupación entre los organismos de derechos humanos. Amnistía Internacional (AI) ha dicho que la prisión "viola las leyes internacionales", y en 2014 publicó un informe llamado Sepultados: Aislamiento en el Sistema Penitenciario Federal de Estados Unidos, donde detalla sus hallazgos.

ADX se ha convertido casi en su totalidad en una instalación de confinamiento, en la que los presos están encerrados en celdas de aislamiento todo el tiempo, a excepción de un par de horas a la semana, enfatizó.

A su vez, un grupo de reclusos entabló una demanda colectiva contra la Agencia Federal de Prisiones en 2012. En su presentación, afirmaron que años de aislamiento, sin contacto directo y sin restricciones con otros seres humanos hacen que algunos internos de ADX (particularmente aquellos con enfermedades mentales graves) sufran una pérdida fundamental incluso de las habilidades básicas sociales y comportamientos de adaptación.

Algunos tienen conversaciones delirantes con voces que escuchan en sus cabezas, según el informe de AI.