La ausencia de nubes ha permitido observar con mucha claridad el fenómeno astronómico de las Perseias, o Lágrimas de San Lorenzo, una lluvia de meteoros que se produce a mediados de agosto en el hemosferio norte.

Las perseidas o lágrimas de San Lorenzo son las estrellas fugaces más famosas del año y todavía este viernes es una de las mejores noches para buscar un lugar oscuro, lejos de la contaminación lumínica de las ciudades, y mirar al cielo, que, según la previsión meteorológica, estará sin nubes en casi toda España.

Las lluvias de estrellas se producen cuando la traza de partículas de polvo y rocas que dejan los cometas en su órbita alrededor del Sol entran en la atmósfera de la Tierra y se volatilizan produciendo un efecto luminoso: los meteoros.

Estos fenómenos se pueden prever con antelación, ya que todos los años la Tierra en su camino alrededor del Sol atraviesa la trayectoria de varios cometas, en este caso el Swift-Tuttle.

Cada año por estas fechas nuestro planeta cruza la órbita de este cometa, que está llena de partículas pequeñas, del tamaño de granos de arena. Cuando una de estas partículas entra en la atmósfera terrestre, la fricción la calienta de tal manera que se vaporiza a gran altura. Durante unos segundos la partícula brilla como si fuera una estrella, y por eso este fenómeno recibe el nombre popular de estrella fugaz.