Convencidos de que el aislamiento físico es el único recurso válido conocido que puede frenar la propagación de la neumonía asiática, los ministros de Salud de las naciones más afectadas acordaron ayer adoptar drásticas medidas de vigilancia en todos sus aeropuertos e intentar que los ciudadanos enfermos no viajen en el interior de sus países.

En una reunión celebrada en Kuala Lumpur (Malaisia), los ministros de Salud incluidos en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), a los que se unieron China, Corea del Sur y Japón, decidieron también controlar todos los puntos fronterizos y posibles puertas de salida de sus países, con el fin de evitar la expansión de la epidemia. Los responsables sanitarios se mostraron convencidos de que el control de los viajeros que abandonen las áreas afectadas tendrá un efecto positivo de inmediato.

El ministro de Salud malayo, Chua Jui Meng, recordó a sus colegas que dichos acuerdos obligarán a fijar en las próximas horas estrictas medidas de protección en sus terminales aéreas.

El presidente norteamericano, George W. Bush, mantuvo ayer una conversación telefónica con su homólogo chino, Hu Jintiao, y le prometió que EEUU ofrecerá "todo el apoyo o la asistencia posible" a China, para que pueda superar esta epidemia. Bush calificó de "extraordinarios" los esfuerzos que está haciendo Pekín para luchar contra la neumonía.