Fue como en una película. Un grupo de ocho personas armadas y vestidas de policía asaltó el pasado lunes por la noche un avión de pasajeros en las pistas del aeropuerto internacional de Bruselas. Con la precisión de un comando, la operación duró apenas cinco minutos, no se disparó ni un solo tiro y el botín ascendió a más de 37 millones de euros en diamantes en bruto y tallados. No se trata del primer robo de envergadura en el aeropuerto de la capital belga, pero sí el más lucrativo hasta la fecha.

Todo ocurrió justo antes de las ocho de la noche. La compañía de transportes de seguridad Brinks acababa de trasladar del furgón blindado a la bodega del avión de la compañía Swiss, operado por Helvetic Airways, un cargamento de diamantes valorado en más de 37 millones de euros, según informó el Centro Mundial de Diamantes de Amberes.

El aparato se encontraba ya con las puertas cerradas y se preparaba para iniciar las maniobras para salir de la zona de aparcamiento de la terminal y despegar con destino a Zúrich, cuando de repente dos vehículos negros con los faros luminosos azules de la policía se detuvieron junto al furgón blindado de Brinks.

De cada vehículo descendieron cuatro hombres vestidos con uniformes de la policía, enmascarados con pasamontañas y armados con fusiles ametralladores. Los asaltantes encañonaron con sus armas al piloto, al copiloto y a los transportistas de Brinks y forzaron las puertas de acceso a la bodega del avión. De allí descargaron 120 paquetes.

Con el botín en su poder, los asaltantes volvieron a subir a los dos vehículos y se alejaron de allí a gran velocidad, saliendo del recinto aeroportuario por el mismo agujero en la valla de seguridad de las instalaciones por el que habían entrado. La policía descubrió los restos calcinados de uno de los vehículos probablemente utilizados en robo en Zellik, una localidad en la periferia de Bruselas situada junto a la autopista de circunvalación de Bruselas.

Sello profesional

"No se trató de un atraco al azar. Estaba bien preparado. Eran profesionales", reconoció la fiscal adjunta de Bruselas, Ine Van Wymeersch. Las autoridades aeroportuarias explicaron que los pasajeros no se enteraron de nada mientras duró el asalto y que el vuelo fue cancelado. Lo que no explicaron fue cómo la valla de seguridad del aeropuerto pudo ser cortada y franqueada sin que se detectara.

Este no es el primer robo realizado en el aeropuerto de Bruselas. El 31 de octubre del 2000 se produjo otro asalto prácticamente idéntico. También alrededor de las ocho de la noche, mientras una empresa de seguridad trasladaba a un avión de Lufthansa unas cajas con casi siete millones de euros en diamantes, una camioneta con el distintivo de una de las empresas del aeropuerto se detuvo a su lado, unos hombres armados se apoderaron de las cajas y desaparecieron con el botín. Los asaltantes nunca fueron detenidos por la policía y ahora podría ocurrir lo mismo.