Miguel Ricart, el único condenado por el triple crimen de Alcàsser, ha salido de la prisión de Herrera de La Mancha, en Ciudad Real, pasadas las 17.39 horas de este viernes después de que por la mañana la sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia haya acordado su inmediata puesta en libertad en aplicación de derogación de la llamada doctrina Parot.

Ricart, que cumplía condena de 170 años en la prisión de Herrera de la Mancha (Ciudad Real) y ha pasado 21 años preso, abandonó la prisión con la cabeza cubierta con una capucha y ha cogido un taxi puesto que nadie le esperaba en la puerta, salvo un nutrido grupo de periodistas.

El caso Alcàsser arranca el 13 de noviembre de 1992 con la desaparición de las menores Miriam García, Toñi Gómez y Desireé Hernández, que fueron vistas por última vez cuando iban desde Alcàsser, donde residían, a la discoteca Color de la vecina localidad de Picasssent, a la que nunca llegaron.

El 27 de enero de 1993, 75 días después de su desaparición, dos apicultores que caminaban por el paraje de La Romana, de difícil acceso y cercano a la presa de Tous, descubrieron los cuerpos semienterrados de las tres menores, abriéndose entonces el caso Alcàsser. Los forenses dictaminaron que Miriam, Toñi y Desireé fueron torturadas y violadas antes de morir de un disparo.

Al día siguiente del hallazgo de los cuerpos fueron detenidos varios sospechosos, entre ellos Miquel Ricart, que confesó su participación en los crímenes, y Enrique Anglés, hermano de Antonio, principal sospechoso que había aprovechado un permiso penitenciario para darse a la fuga y desde entonces se desconoce su paradero. Enrique Anglès fue puesto en libertad tras el funeral.