«Se incrementará la vigilancia y control on line de posibles anuncios de internet, prensa escrita, donde se puedan publicitar u ofrecer servicios de naturaleza sexual, procediendo a la apertura de investigaciones cuando fuera oportuno». Una instrucción firmada por el general jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, José Manuel Santiago, y destinada a todas las comandancias y unidades de Policía Judicial señala que desde que comenzó el estado de alarma, el pasado 14 de marzo, «se puede estar produciendo un repunte en las páginas webs que ofrecen servicios sexuales y contactos para acceder a mujeres en situación de prostitución».

El documento, enviado a todas las comandancias el 22 de abril, establece medidas adicionales en materia de trata de mujeres que complementan el plan de contingencia de violencia de género del Ministerio de Igualdad y cita expresamente a una página web de contactos en la que aparecen más de 158.000 anuncios de mujeres en toda España. Solo 2.405 de esos anuncios contienen la palabra «coronavirus» o «cuarentena», según comprobó este diario.

Sin besos / En algunos de esos anuncios las mujeres o los clubs anuncian el cese de su actividad por el covid-19 y ofrecen videollamadas eróticas. Pero, en muchos otros, mujeres de Barcelona, Madrid, Toledo, Cuenca, Irún, Valencia... ofrecen salidas a domicilio o recibir en los pisos donde son explotadas. Algunas, eso sí, advierten: «no doy besos por el coronavirus». Otras aseguran que se han hecho el test y están «sanas».

La instrucción indica que «este confinamiento supone un duro golpe para las mujeres prostituidas». Muchas han sido expulsadas de los clubs donde eran explotadas y vivían; otras están en la clandestinidad y son obligadas a seguir ofreciendo sus servicios sexuales en pisos u otros locales. Su deuda con los grupos mafiosos que las explotan aumenta cada día a pesar de la cuarentena. «Los grupos de delincuencia organizada buscan la manera de seguir cobrando de las víctimas las deudas contraídas», asegura la nota de la Guardia Civil.

«Los espacios abiertos y los clubs han dejado de funcionar» como espacios donde se oferta y demandan mujeres para la prostitución, pero entre las situaciones detectadas durante el estado de alarma se incluye que las mujeres prostituidas puedan haber sido trasladadas. En este sentido, la instrucción pide a los guardias civiles que busquen pisos «donde se pudiera estar ejerciendo la prostitución» y en los que pudiera haber «víctimas recluidas».

Apunta también que en el entorno de polígonos industriales «pueden haberse habilitado de manera ilícita locales, garajes, remolques, vehículos, cuevas o espacios como puentes» para ofrecer sexo de pago.