La imagen de la mujer inmigrante que sólo viene a España a reunirse con su marido y no a buscar empleo por voluntad propia se resquebraja. Cada vez son más las que llegan y dejan esposo e hijos en el lugar de origen, según lo expuesto en el encuentro Inmigración: Trabajo y Ciudadanía, celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, de Santander.

"Las mujeres están tomando la iniciativa del proyecto migratorio", sostuvo Carlota Solé, catedrática de Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona, para quien este fenómeno presenta una novedad: la mujer ahorra más y envía mayores remesas a su lugar de origen.

Dentro de algunas nacionalidades, incluso, la inmigración femenina supera en número a la masculina. Son más las dominicanas, filipinas o colombianas dadas de alta en la Seguridad Social que sus compatriotas masculinos afiliados al mismo organismo. Las mujeres inmigrantes, además, ya suponen el 35,5% del total de extranjeros inscritos en la Seguridad Social. Pero el hecho de que sean más y en mayor proporción que en épocas anteriores no significa que trabajen en mejores condiciones.