Padre de tres hijos, enfermero de Pediatría con 19 años de experiencia y divulgador, Armando Bastida es una voz autorizada en lo que a crianza se refiere. Es responsable del proyecto Criar con sentido común, en el que ofrece apoyo profesional a padres y madres. Muchos de sus artículos sobre la paternidad y la maternidad están salpicados de humor, igual que su último libro: Sana, sanita. Diario de un enfermero de Pediatría (editorial Grijalbo), un cómic ilustrado por Raquel Gu en el que Bastida narra las luces y las sombras de la atención sanitaria pública infantil.

--Uno de los personajes es un pediatra veterano que apuesta por la leche de fórmula en lugar de las lactancias maternas. Y alega que así las mamás tienen más tiempo para trabajar o para vivir.

--Él piensa que es moderno. Pero es la perversión del paternalismo: ya decido yo por ti.

--El médico tiene un chanchullo con una marca de leche. ¿Esto está basado en hecho reales?

..Sí.

--¿Es frecuente?

--Yo lo he visto. La industria entra en los centros de salud para explicar las novedades de sus fórmulas. Y nos dan la literatura científica. Afirman que sus estudios son independientes. A veces lo son y otras, no tanto. Te dan esa información y, sutilmente, te ofrecen asistir gratis a un congreso o un viaje. No es ético.

--El libro también habla de la importancia de la nutrición infantil y de cómo a las abuelas les cuesta mucho dar una manzana a sus nietos para merendar y optan por nocilla y natillas industriales.

--Creo que sienten que tienen que hacer algo para ganarse a los nietos. La industria ha conseguido que vivamos rodeados de azúcar y que no nos parezca mal. Hay azúcar añadido en todo: kétchup, Cola Cao… Las abuelas no ven peligro, es una manera de hacer felices a los peques, lo mismo que ponerles la televisión todo el rato. En lugar de eso, sería genial que jugaran a cosas chulas y les contaran historias de su época.

--¿Por qué hay obsesión para que los bebés y los niños pequeños ganen peso y sean rollizos?

--Venimos de la época de la guerra y el hambre y se ha instalado la creencia de a más gordito más saludable. A veces hasta los pediatras caen en eso también y si un niño está normal de peso dicen que va justito. En realidad, lo único importante es que el peso sea acorde con la altura. Mucha gente piensa que la altura depende de lo que el niño coma, cuando no es así. Si tienes un niño bajito y le obligas a comer para que se haga más alto lo único que tendrás será un niño bola: bajito y gordito. La altura de un niño depende de sus genes en un 90%.

--’Sana, sanita’ también muestra a un chavalín adicto a las pantallas. Le sobran kilos y cuando en el centro de salud se le recomienda más fruta y verdura, la madre les reprocha querer matarle de hambre.

--Es ignorancia. Yo veo en la consulta niños que nada más quitarse la camiseta sé que les sobra peso. Y los padres, sin embargo, están convencidos de que está bien. Un niño de 7 años no debería tener barriga. Tiene que levantar los brazos y se le tienen que ver las costillas. Si eso sucede, está perfecto. Pero sufrimos sedentarismo y una alimentación llena de ultraprocesados. También me encuentro con padres que afirman que sus críos no beben agua porque no les gusta. ¿Pero cómo no bebe agua un niño? Así estamos. Hay que reeducar.

--Insiste mucho en la falta de conciliación. El permiso de paternidad se ha ampliado y más que lo hará en los próximos años.

--Esa es una buena noticia para los padres. Y también para los bebés. Pero no es la mejor noticia. El bebé necesita a mamá o a papá mucho más tiempo. Y normalmente a mamá, que es quien lo ha parido y quien, quizá, le esté amamantando. Es a la persona a la que más va a echar de menos cuando llegue la semana 16, cuando el bebé se queda sin madre unas cuantas horas al día. No tiene sentido. La mayoría de padres que nos hemos quedado en casa implicados en el cuidado de los hijos jamás pediríamos más tiempo de permiso porque sabemos lo mucho que nuestro bebé necesita a su madre. Y ellas necesitan al bebé. Es una espiral. Cuando te das cuenta de eso piensas: cualquier avance dáselo a ellas, no a nosotros.

-El Gobierno lo ha hecho para que no se penalice laboralmente a las mujeres.

--Es la intención, otra cosa es que funcione. Se ha pensado en igualdad. Pero igualdad no significa que sea lo más justo ni lo más equitativo. Al decir que el padre es igual que la madre lo que están haciendo es minusvalorar el papel de la mujer como madre, relegando la maternidad a algo que todo el mundo puede hacer. Las empresas van a seguir prefiriendo contratar hombres. Una mujer se puede volver a quedar embarazada, cuando los niños se pongan malos ellas se ausentarán del trabajo y ellas se cogerán excedencias.

--¿Y qué hacemos?

--Concienciar de lo importante que es cuidar de los hijos. Necesitamos permisos más largos para los dos. Si una madre cuida de sus críos debemos pensar que lo que hace es vital. Lo que hay que hacer es aprobar permisos de un año y con cotización. Y cuando ese permiso acabe, si quieres que a ellas no se las penalice laboralmente se debería conceder a los padres (hombres) permisos laborales para ir al pediatra o a las tutorías y días de baja para cuidar al niño cuando esté malo.