TQtue el Real Madrid juegue un domingo a las doce la mañana contra el Club Atlético Osasuna provoca la misma sensación de extemporaneidad que ver a González y Guerra , histéricos de emoción, escoltando a Rubalcaba en la apertura de la campaña electoral. Aunque, bien mirado, en el caso de la vieja guardia del PSOE habría que cambiar el sustantivo "extemporaneidad" por el de "anacronismo".

¿No decían que en el siglo XXI los mítines habían decaído a favor de las modernas redes sociales? Puede que sí, pero no hay nada como darse un baño de multitudes a la antigua ante una feligresía de carne y hueso que te llena de arrumacos mientras afuera, a la intemperie, cinco millones de españoles buscan un empleo donde pasar la noche a buen resguardo de las bajas temperaturas de la crisis.

El Real Madrid goleó 7 a 1 al Osasuna un día después de que Rubalcaba se autogoleara 7 a 1. González no es Cristiano Ronaldo ni Guerra es Benzema , ya quisieran. Son solo dos políticos inconscientes que pretenden adjudicarse la victoria ante ETA (que está por ver) con gritos histéricos que no precisan sistemas de megafonía. Creíamos que ETA iba a estar ausente en esta campaña electoral, pero estábamos equivocados: González y Guerra han traído la banda terrorista bajo el brazo para recordarnos que ellos, los promotores del GAL, son los buenos de la película.

En la desesperación, Rubalcaba busca meter un gol como sea antes de abandonar su dilatada vida política. No comprende que fichar a la vieja guardia del PSOE para ganar las elecciones es tan ridículo como que el Real Madrid fichara a Di Stefano y Gento para ganar la Copa de Europa.