«No vamos a enviar a Madrid a una persona de la Consejería de Enseñanza, a un especialista, para que haga aportaciones técnicas de mejora a una orden ministerial sobre unas reválidas que no compartimos». Claro y raso. El secretario de Polítiques Educatives de la Generalitat, Antoni Llobet, justificó ayer de esta manera la ausencia de la delegación catalana en la reunión técnica convocada por el Ministerio de Educación para debatir sobre las denominadas pruebas externas de evaluación.

El encuentro debía servir para analizar la propuesta ministerial sobre cómo van a ser estos exámenes de final de ESO y Bachillerato, pero ni Cataluña ni tampoco Navarra acudieron a la cita. Los representantes de las ocho autonomías gobernadas por el PSOE sí lo hicieron, pero para exigir la retirada de la orden ministerial. Tras exponer sus motivos, se levantaron y se marcharon en bloque de la sala.

«El desencuentro radica, de entrada, en que el texto del ministerio no respeta en absoluto las competencias de las autonomías. Es casi una lista de preguntas que hay que hacer a los alumnos para cada asignatura», criticó el número dos de Enseñanza.

La propuesta de las consejerías socialistas (Aragón, Andalucía, Baleares, Castilla La-Mancha, Asturias, Cantabria, Comunidad Valenciana y Extremadura), que estuvieron en la reunión el tiempo de formular sus demandas, es prorrogar un año la selectividad y «suspender todas las reválidas» porque «es la mejor forma de volver la tranquilidad a la comunidad educativa».

Tras ponerla sobre la mesa dejaron el encuentro. «El ministro tiene la oportunidad de demostrar si sus apelaciones al diálogo y al pacto son reales o palabras huecas sin voluntad alguna para cumplirlas», señalaron después en un comunicado.

El ministerio tiene ya cierta prisa por aprobar la orden de reválidas pero los socialistas están decididos a frenarla. El martes llevan a votación en el Congreso la proposición de ley para derogar la LOMCE y suspender de inmediato su aplicación. H