Un tren de lujo que viaja semivacío. Así es como muchos expertos y medios de comunicación han visto la alta velocidad española y así es como la ve también, al fin, el Gobierno, que por vez primera ha tomado la iniciativa para cambiar la situación. La ministra de Fomento, Ana Pastor, anunció ayer una catarata de rebajas de billetes que entrarán en vigor a partir del próximo 8 de febrero y por las que un trayecto de AVE entre Barcelona y Madrid, por ejemplo, puede llegar a costar tan solo 32 euros, un precio equiparable al de cualquier aerolínea de bajo coste.

La rebaja más genérica afecta a la tarifa base. Esta sufrirá una reducción general del 11%. Y sobre este precio se aplicarán los descuentos. Los más relevantes se derivan de un cambio radical en el modelo de gestión de venta, que pasará a ser muy similar al de las compañías aéreas. El precio irá estrechamente ligado a la ocupación de cada tren, pudiendo llegar el descuento hasta el 70%. "A más antelación en la compra, más barato será, aunque si a última hora sobran plazas, también podrá haber rebajas", explicó. La compra podrá efectuarse con una antelación máxima de tres meses, a diferencia de las aerolíneas, donde los plazos son más prolongados.

La ocupación media del AVE se sitúa entre el 50% y el 60%, y algunos trayectos no alcanzan ni el 40%, según la ministra. "Hay mucha gente que nunca se ha subido a un AVE. Nuestro objetivo es que deje de ser de lujo para que la mayoría de la población pueda beneficiarse de este servicio", proclamó la ministra.

Una de las capas de población que menos lo usa son los jóvenes (solo son el 10% de los pasajeros). Para ellos se ha creado una tarifa específica, con un 30% de descuento, con un carnet virtual con una cuota anual de 20 euros.