TEtl Ayuntamiento de Cáceres es tan triste que no contento con aplanar a los jóvenes, ahora quiere amuermar a los viejos. Su utopía urbana parece ser una ciudad para cuarentones y cincuentones, es decir, para pequeño burgueses instalados y aburridos como un servidor. Maduros sin gracia que disfrutamos de la opulencia tomando vinos selectos y tapas de diseño los viernes, cenando los sábados en algún restaurante de 40 euros el cubierto y saliendo al aire libre los domingos: de caza por la dehesa, de marcha por la montaña, de raid con el todoterreno... El objetivo político del ayuntamiento de Cáceres es una ciudad silenciosa, una capital balneario de la que sean excluidos los viejecitos marchosos y los jovencitos cañeros. Cáceres, capital de la madurez comedida y aburrida.

Pasan los meses y los jóvenes siguen sin tener un centro de ocio donde divertirse dignamente sin molestar. Pero eso ya se sabía. Lo nuevo es que la pasada semana, en cuanto el ayuntamiento supo que se pretendía organizar un divertido campeonato de baloncesto en la avenida de España, frente a las Hermanitas de los Pobres, decidió trasladar la fiesta con el pretexto de que los ancianitos podían sufrir con tanta algarabía. Desde la institución, inmediatamente se argumentó que todo lo contrario, que lo que les gusta a los mayores es, precisamente, ver gente y animación. Estos concejales están en el limbo. Son una pandilla de cuarentones-cincuentones sosísimos. Para que Cáceres cambie habrá que votar a una candidatura de ancianos y elegir a un alcalde octogenario. Esos sí que tienen marcha.