Algunas comunidades autónomas acumulan abultados retrasos en las notificaciones de los casos positivos, pero el caso de Madrid es especial. Esta comunidad copa casi la mitad, el 48% para ser exactos. Quédense con este dato facilitado este viernes por vez primera por el ministro de Sanidad, Salvador Illa. Es una de las claves que explican porque las cifras que ofrece Madrid sobre la pandemia no ofrecen un retrato fiel de lo que está ocurriendo.

Con los datos suministrados por la Consejería de Sanidad, el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, ha asegurado que la ciudad está ya en 465 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días. La supuesta caída acelerada de los contagios es el principal argumento que tanto él como el equipo de Isabel Díaz Ayuso esgrimen contra el estado de alarma: "¿Si nuestras medidas funcionan porque imponen la alarma?", preguntan retóricamente. Pero Sanidad sostiene que la incidencia de la capital de España es de 666 casos, un 43% más. La diferencia no es precisamente pequeña. Conviene retenerla, porqué es una buena guía de la desviación con que viene ofreciendo los datos la Comunidad el equipo de Ayuso.

MÁXIMO TEÓRICO DE 48 HORAS

Una vez se diagnostica a un contagiado, la comunidad autónoma debe registrar el caso y notificarlo al Ministerio de Sanidad en un máximo de 48 horas. El paso debería ser casi automático pero se producen retrasos de hasta siete y ocho días. Como la incidencia a 14 días por 100.000 habitantes se mide por la fecha del diagnóstico, todos los días que la notificación se retrasa son días en los que ese caso no se cuenta en la incidencia acumulada.

Pasemos al caso de Madrid. Su retraso ha ido en aumento y en las últimas semanas ronda los cinco días de media con diagnósticos que tardan en comunicarse hasta 8 días. Recordemos que casi la mitad de las demoras de todas las autonomías las protagoniza Madrid.

LA FOTO MÁS REAL

La consecuencia es que las incidencias acumuladas de Madrid son poco fiables si incluyen los últimos cinco o seis días, porque le faltan muchos casos. Consciente de esta situación, el ministerio incluyó en su orden y ahora en el estado de alarma que la incidencia a 14 días se mida con los datos existentes a partir del quinto día anterior al momento de la valoración. Más claro. La foto de Sanidad abarca desde el quinto al décimonoveno anterior al momento de tomar la decisión. No es completa, aún le faltaran algunas notiticaciones que lleguen después, pero ya será mucho más aproximada.

El ministerio ha calculado desde el 4 de octubre hacia atrás las incidencias para fijar qué municipios debían entrar en el estado de alarma. De los diez incluidos en la orden de Sanidad, Alcalá de Henares ha quedado fuera, porque tiene 435 casos. El resto presentan estos datos, por orden de mayor a menor incidencia: Parla (926), Fuenlabrada (792), Getafe (732), Madrid (666), Torrejón de Ardoz (651), Alcobendas (643), Leganés (619) y Mósteles (514), que se quedó muy cerca de ser liberado de restricciones.

EL CRECIMIENTO

El dato de proporcionado por Almeida no es en puridad falso. A día de hoy esa debe ser la incidencia de Madrid, pero no es la real. En los archivos informáticos están guardados los casos que no se han notificado. ¿El enorme retraso en notificar es producto del colapso de sus sistema de salud pública madrileño? ¿Forma parte de una estrategia consciente para engañar con los datos? Una razón no excluye la otra.

El hecho cierto es que los retrasos de Madrid han experimentado un gran crecimiento desde que Sanidad situó la incidencia a 14 días como uno de los umbrales clave para confinar a los municipios. Un tuitero aficionado a las estadísticas analizó el fin de semana pasado como habñían crecido las diferencias entre la foto real y la de Comunidad en la semana en que se aprobaron los umbrales. Es aconsejable leerse su hilo completo. Pero recuerden: la foto real de este viernes de Madrid recoge un 43% más de casos que los aireados por Almeida.

ESTABILIZACIÓN CON LIGERA CAÍDA

¿Que está ocurriendo realmente en Madrid? Sanidad, que dispone de la foto más real sostiene que se está produciendo una estabilización, aunque los datos hay que tomsrlos aún con cautela por otros dos factores, que en otra ocasión habrá que abordar con profundidad: se han dejado de hacer PCR a los contactos estrechos y a los compañeros de aula de los casos positivos. También hay que analizar el impacto de irrupción de los tests rápidos que se están usando de modo poco adecuado en cribados masivos.

La cifras que menos manipulación admiten, las de hospitalizados e ingresados en ucis corroboran esa estabilización, con ligera caída en las camas ocupadas y con estancamiento en la unidades de críticos. Estabilización, claro, en cifras muy altas: el 20% de las camas y el 39% de los ucis están ocupadas por pacientes covid.