La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha asegurado que tras las manifestaciones del 8 de marzo, Día de la Mujer, y las actividades que transcurrieron ese fin de semana la proyección del coronavirus en Madrid se multiplicó hasta la previsión de 30.000 posibles contagios.

Así lo ha indicado en su comparecencia, a petición propia, en el Pleno de la Asamblea, donde ha relatado que, tres semanas antes de que se conociera la noticia del primer fallecimiento por el virus en España, el Gobierno regional "ya estaba trabajando" y reuniéndose preparando protocolos.

Además, ha sostenido que, en esos días, habilitaron una sección en la web de la Comunidad y se puso a disposición de los ciudadanos un teléfono de información que ha recibido "más de medio millón de llamadas".

"A pesar de que desde el Gobierno central transmitían constantemente que el virus no tendría prácticamente incidencia en España, la Consejería de Sanidad comenzó a estudiar qué necesidades tendríamos en Madrid si el virus se extendiera, entendiendo, en aquel momento, que su capacidad de infección sería como una gripe. Y ya se aislaban y se atendían los primeros contagios, así como se ponía en cuarentena a la familia y allegados", ha subrayado.

En este sentido, ha declarado que reclamaban ya "con insistencia" la compra de Equipos de Protección Individual (Epis) en las Comisiones de Salud Pública del Ministerio de Sanidad. Según la jefa del Ejecutivo autonómico, "a pesar de la inactividad del Gobierno central, durante el mes de febrero se iniciaron contactos para hacer las primeras compras extraordinarias de material, que culminaron el 4 de marzo con la firma de los primeros contratos".

Además, ha incidido en que "esa semana se incrementó el número de laboratorios en los hospitales para evitar retrasos en las pruebas diagnósticas; se contrató a 1.142 profesionales en hospitales y centros de Salud, y se reforzó el Summa con el Samur y la Cruz Roja".

"Eclipsando el problema"

"Por muy previsores que fuéramos, teníamos malas noticias: las proyecciones estadísticas, basadas en la evolución de los contagios en otros países, concluían que en la Comunidad de Madrid llegaríamos a los 15.000 contagios", ha explicado. En este punto, ha indicado que el Ministerio de Sanidad les obligó "a enviar comunicaciones eclipsando el problema".

En este sentido, ha hecho hincapié en que fueron el primer Ejecutivo autonómico en tomar decisiones que, entonces, parecieron "muy drástica y dura". Aunque ha manifestado que "en estos duros meses de trabajo no ha habido nunca intención política, sino sensatez, responsabilidad y cumplimiento del deber".

El lunes 9 de marzo, según ha remarcado, en la Comunidad sabían que "el único modo de parar la expansión del virus era evitar las concentraciones". "Nos dirigimos al Gobierno central para informarle que unilateralmente, si ellos no lo hacían también, cerraríamos los colegios, las universidades y prohibiríamos las entradas y salidas de los hospitales, porque lo primero que había que proteger era al personal sanitario ya que, si ellos se contagiaban, como ya estaba ocurriendo en el País Vasco, no tendríamos a nadie para atender a los pacientes", ha trasladado.