Air France, la principal compañía aérea francesa, abrirá el próximo 17 de abril la línea que unirá París y Teherán tres veces por semana. La reanudación de los vuelos es todo un símbolo del deshielo en las relaciones franco-iraníes tras la firma del acuerdo nuclear de julio del 2015 y supone un gran aliciente comercial para la aerolínea, pero ha provocado un sonoro conflicto laboral.

La dirección de Air France ha difundido una nota interna obligando al personal femenino de cabina a llevar pantalón, en lugar de falda, y una chaqueta larga durante el vuelo. Además, tendrán quecubrirse la cabeza con un pañuelo a la salida del avión, según ha explicado Christophe Pillet, representante del Sindicato Nacional de Tripulación Comercial (SNPNC) en el comité de empresa.

La consigna ha soliviantado a las azafatas, que exigen que el velo no sea una imposición sino algo voluntario para respetar así la libertad individual de la mujer. Los sindicatos llevan meses alertando a la compañía de lo delicado del asunto.

UNIFORME DE TRABAJO

“El personal femenino no quiere que se le imponga la indumentaria, y menos la obligación de llevar fular”, señala Pillet. Aunque en ningún caso cuestionan la ley iraní, los sindicatos reclaman que las azafatas puedan rechazar volar a Teherán sin temer consecuencias laborales, es decir que sea voluntario formar parte de la tripulación de esos vuelos.

“El debate no es sobre el hecho de que las mujeres tengan que llevar velo en la calle a título individual, sino como uniforme de trabajo”, agrega el representante sindical.

Por su parte, Air France argumenta que su tripulación tiene que respetar las leyes de los países a los que viajan, como lo hacen todos los visitantes extranjeros, y que la legislación iraní impone a las mujeres cubrirse el cabello en los lugares públicos.

“Esta obligación, que no se aplica por lo tanto durante el vuelo, es respetada por todas las compañías aéreas internacionales que vuelan a la República Islámica de Irán”, sostiene la compañía.

También recuerda que la obligación del foulard no es nueva, porque está en vigor en el caso de los vuelos a Arabia Saudí, como lo estuvo en la línea de Teherán antes de que se suspendiera en el 2008 por las sanciones internacionales.

DIVISIÓN EN LA CLASE POLÍTICA

La polémica se ha extendido a la clase política, que se muestra dividida. El secretario de Estado de Relaciones con el Parlamento, Jean Marie Le Guen, ha dicho que Air France debe someterse a la ley iraní desde el momento en el que la compañía ha decidido volar allí y ha sugerido que tenga también en cuenta la opinión de las azafatas para evitar el conflicto laboral.

Más beligerante, el líder del Partido de Izquierda y eurodiputadoJean-Luc Mélenchon ha señalado que las azafatas no tienen por qué ponerse el velo porque son ciudadanas francesas

“Los franceses son libres y pertenecen a un Estado laico. Respetan la ley internacional pero no se someten a las costumbres raras de tal o cual sitio”, ha dicho Melénchon en RTL. «Air France no será nunca Air Burka: apoyo a las azafatas!», ha tuiteado por su parte el número dos del Frente Nacional, Florian Philippot.