"A ver si aún me acuerdo". Con este deseo y el porte un poco agarrotado iniciaba ayer José María Aznar (en la foto, caminando con su hija Ana, y su esposa, Ana Botella), su primera vuelta al circuito de esquí de fondo de Baqueira Beret de la temporada, en sus últimas vacaciones de esquí como presidente del Gobierno. El año pasado, el político no acudió a su cita anual con la estación leridana, inmerso, como estaba, en plena crisis del Prestige. Aznar madrugó ayer para llegar a pistas antes que la marabunta de esquiadores.

Al matrimonio Aznar, que tiene previsto permanecer en el Pirineo hasta el 4 de enero, lo acompañan su hijo menor, Alonso, su hija Ana, embarazada de cuatro meses, y el esposo de ésta, Alejandro Agag.