Ibarra sacó del armario ropero una americana azul indefinible que estimuló la imaginación de las chicas Cosmopolitan . "Es azul mahón", definía una. "Pues a mí me parece un azul chulo", calificaba otra. "Es un azul imposible", sentenció un artista que pasaba por allí. Y acertó. ¿Quién se atreve a definir el arte y el color?

Sospechando que no es lo mismo una feria de arte que un Te Deum , las autoridades dejaron los trajes de alpaca en el vestidor y se apuntaron a la desestructura de la americana estilosa y el pantalón de caída libre, cada uno de su color. Tirando al verde pasto, Saponi; inclinado hacia el celeste mar, Ibarra.

En un ambiente tan naturaleza , el adusto traje de Francisco Muñoz, consejero de Cultura, destacaba oscuro, pero con un toque geométrico de tenues líneas Florentino. Después estaban quienes no se andan con tantas zarandajas, se apuntan al realismo cada mañana y se ponen el terno gris, ya toque recibir al embajador de Guatemala, ya toque inaugurar Foro Sur. Era el caso de Carlos Sánchez Polo, vicepresidente de la Junta, que paseaba por la feria como por su aula. "En estas salas estudié el Bachillerato, aquí estaba mi instituto", recordaba.

ESE PELO ROJISIMO

Entre las damas de la política, quien más destacaba era Carmen Heras, candidata socialista a la alcaldía cacereña. "Se nota la precampaña por los codazos", comentaba con ironía. Ella no necesitaba practicar grecorromana para hacerse ver: su pelo rojo, rojísimo era la baliza que buscaban los fotógrafos para descubrir la comitiva.

Si hubiera que escoger un paradigma de sencillez, allí estaba María José López, directora de la Filmoteca de Extremadura, que llevaba la divertida cazadora de cuero encarnado que escoge cuando no le queda más remedio que jugar a las elegancias. Y ya puestos: ¿qué decir de la contundencia soviética de los guardias de seguridad? Más que seguratas parecían dos piezas de collage estaliniano con guantes blancos, gorra de plato sopero y paso de la oca.

La inauguración fue larga, demorada, exhaustiva y minuciosa. Había un grupo de alcaldes sanotes, descamisados y con traje de pana y varios diputados provinciales que parecían estar al borde del síndrome de Stendhal. "En cuanto no nos vean, nos piramos", confesaban sotto voce . Sólo Claudia Moreno, alcaldesa de Aliseda y más musa sociata que nunca, mantenía el tipo casi con tanta dignidad como lo mantuvo desfilando en la cacereña procesión de la Esperanza el miércoles santo.

Tras recorrer las galerías, la comitiva inauguradora contempló parte de los fondos que Helga de Alvear dona a Cáceres. Fue el momento de descubrir a la coleccionista alemana: una mujer divertida, didáctica, atenta y muy sencilla, muy graciosa que, desde luego, merecería recibir el primer carné honorífico de cacereña de toda la vida .

Acababa el paseo bautismal y José Luis Viñuela, director de Feval, entidad organizadora de Foro Sur, se apartaba discreto del cortejo y se permitía por primera vez en la noche una frivolité : se frotaba las manos y sonreía a un colaborador: todo había transcurrido sin imprevistos. Efectivamente, Foro Sur comenzaba como la seda, como un reloj, como un puzzle exactísimo.

Para los exégetas quedaba el éxtasis de Ibarra ante un extraño cuadro de Michael Biherstein. Era un óleo sobre tela. La claridad brumosa manchaba un negro intenso. Se titulaba: Lost horizon . O sea: Ultimo horizonte.