La ola de frío que recorre Europa ha dejado imágenes insólitas, entre las que destaca la de Marsella, cubierta de un espeso manto blanco. Hacía dos décadas que la nieve no cuajaba de esta forma en la ciudad mediterránea. Incluso el agua del viejo puerto quedó tapizada por un puzle de finas capas de hielo. En pocas horas, los copos alcanzaron 10 centímetros. Poco preparada para hacer frente a este tipo de inclemencias, la ciudad quedó paralizada, como toda la Costa Azul, desde el aeropuerto a las conexiones por ferrocarril y carretera. Diferentes enclaves europeos vivieron una situación similar.

A la altura de Montelimar, la autopista A-7 tuvo que cerrarse durante unas horas a causa de un accidente originado por la nevada en el que se vieron implicados 20 vehículos. En la región de Bouches- du-R´ne, 12.000 hogares quedaron sin electricidad. Tras dos inviernos inusualmente suaves, las bajas temperaturas se han adueñado de Francia. París amaneció ayer a 10 grados bajo cero y con placas de hielo que dificultaban la circulación. En el centro y norte del país, el termómetro cayó hasta los 20 bajo cero. La depresión siberiana, que según durará 10 días más, ha alterado el tráfico aéreo, pero sin llegar a cerrar los aeropuertos parisinos, como ha ocurrido en otras ciudades europeas. El frío cogió por sorpresa a los países del centro de Europa. Algunos aeropuertos alemanes han suspendido los vuelos.