TTtodos los españoles tenemos una teoría que usamos en el bar, a los postres de las bodas o cuando sacan el turrón en Nochebuena. A los hombres de hoy nos da lo mismo plantar un árbol, escribir un libro y, por lo que dicen las estadísticas, también empieza a resbalarnos lo de tener un hijo. Pero la teoría... ¡Ay la teoría! Sin ella nos sentiríamos desnudos, analfabetos, inútiles y fracasados.

Mi teoría explica por qué unos son del Bar§a y otros son del Madrid y por qué unos son del PP y otros, del PSOE. Porque debe quedar claro que estas teorías han de fundamentar temas de bajo perfil, o sea, que han de ser teorías de chichinabo que se entiendan a las tres de la tarde tomando la sexta caña. Por eso yo sostengo que los niños se hacen de un equipo entre los cinco y los diez años y escogen el que gana. Quienes tenían esa edad con el dream team de Cruyff son del Barcelona y quienes hicieron la Comunión con las últimas copas de Europa del Madrid, pues ya se sabe. Y en política, lo mismo, pero entre los 16 y los 22 años y al revés: si en fútbol se hacen del equipo que gana, en política se apuntan al que pierde, al que está en la oposición, que siempre parece más íntegro y atractivo. Por eso, quienes tenían esa edad del 90 al 96, en los tiempos de Roldán, ahora son del PP y quienes votaron por primera vez en los tiempos del Aznar belicoso, se han hecho irremisiblemente del PSOE. La teoría es de todo menos científica, pero la sueltas en el Café Central o en El Montaíto a la hora de las cañas y te conviertes ipso facto en el Sócrates de las tabernas.