En vida, el barón Mark Sykes fue un hábil diplomático británico que jugó un papel crucial en el desmantelamiento del Imperio otomano. Ahora, 88 años después de su muerte, el reputado negociador puede rendir un servicio póstumo a la humanidad. Un equipo de virólogos, dirigido por el profesor John Oxford, del Queen Mary´s College de Londres, ha recibido autorización para exhumar y analizar los restos de Sykes. Los científicos esperan que el ilustre cadáver les ayude a dar con la clave para combatir la gripe aviaria.

Sykes murió en París, a los 39 años, víctima de la mal llamada gripe española. Aquella terrible epidemia terminó con la vida de 30 millones de personas tras la primera guerra mundial. Originalmente, la gripe española provenía de un virus aviario, clasificado como H1N1, de características muy similares al actual virus H5N1, que ya ha causado la muerte de más de 150 personas, especialmente en Asia.

Su cuerpo reposa en un cementerio en Yorkshire. Dado el carácter de su enfermedad, los restos del diplomático fueron colocados en un ataúd de plomo cerrado herméticamente, lo que habrá ayudado a preservar sus tejidos. "Si podemos obtener un cuerpo bien conservado, habremos dado un gran paso", dijo The Guardian el profesor Oxford.

Su cadáver puede servir para conocer los mecanismos mortales de la gripe aviaria y para abrir la vía para lograr un tratamiento contra tan peligroso virus. Estos motivos han convencido a sus seis nietos y a la diócesis de York a autorizar la exhumación, que tendrá lugar en los próximos 12 meses. "Contestar a las preguntas de cómo el virus de 1918 operaba puede tener un profundo impacto en la forma de abordar el tratamiento clínico de la gripe aviaria y el uso de los medicamentos inmunosupresores", ha dicho Peter Collier, el chancellor de la diócesis de York, justificando el permiso.