TAt principio de cazadero, mal agüero". Pero es en la otra, en la temporada de caza chica. Ahora hemos empezado las batidas a las zorras. Que deberían autorizarlas todo el año, porque mira que depredan esas caballeritas de polisón enhiesto y afilada astucia.

Un día luminoso. El año está siendo irregular del todo. ¿Dónde se ha ido el frío? ¿A Pensilvania, Filadelfia o Connetticut? Porque aquí, un rocío abundante, eso sí; pero a media mañana, diecisiete grados. En los cauces de los veneros medianos, niebla a primera hora y luego luz, sol y algún cefirillo de mediodía que ni enfriaba las manos.

Al norte, los montes azules de la Sierra; en levante, el perfil de las casas del pueblo; hacia el sur, el brillo de las aguas serenas del embalse, y a poniente, Jara Morales, de tantos recuerdos.

No habían echado dos cohetes los muchachos que jotrean, cuando ya los de los puestos de abajo le daban el pasapán a las raposas huidizas. En esta armada que nos tocó, cuatro aqueloutros oyeron el último gori-gori . Luego, en las brasas de las fogatas, costillitas doradas y un vaso de bon vino , como dijo el fraile de aquel pueblito cerca de San Millán de Suso y Yuso, donde rozamos con la punta de los dedos la maravilla secular de nuestro viejo idioma castellano. "Cono aiutorio nuestro dueño Christo dueño Salbatore-".

Por allí arriba, en La Rioja, hace más frío; no este tiempo blandengue con el que hemos iniciado la temporada de batidas.