La Cofradía Extremeña de Gastronomía acaba de vivir un momento destacado en el calendario de sus actividades habituales. Hacía años que no celebraban un bautizo de cofrades que supone la ampliación de sus socios. Doce en total se han bautizado en una jornada con varias actividades en torno, como no podía ser de otra manera, a la gastronomía.

El presidente de la Cofradía, Matías Macías, explicaba en qué consiste el que pudo ser punto central de la celebración. "Cada uno de los aspirantes tiene que presentar un trabajo sobre la gastronomía de Extremadura, en torno a un plato que luego elabora tras defenderlo ante la asamblea, y participar en la discusión sobre él, para acabar degustándolo en común".

Hacía varios años que no se celebraba ningún bautizo de cofrades en la organización, y lo hacen en un año gastronómico destacado porque es año internacional de la patata según la UNESCO, una cita que pretende "reivindicar el hambre que ha quitado en el mundo la patata, a pesar de ser un producto no suficientemente valorado. De alguna forma querían que se hablase de este tubérculo que sigue paliando el hambre de muchos países del mundo y que también está presente en la alta gastronomía. Irlanda es el país que más está celebrando este evento y en España, Vitoria y Alava son los que más lo están trabajando también. Nosotros humildemente queríamos contribuir desde Extremadura y por ello hemos organizado una cena en la que invitamos a una cocinera peruana para fusionar la cocina extremeña y peruana y hacer nuestro homenaje".

El menú sorprendió a los participantes, comenzando por una tarta de patata, muy extremeña, con relleno a base de tomate, atún, aceituna y una serie de cosas más- Después patata rellena, típica peruana, con carne y que se fríe para servir caliente. De vuelta a lo extremeño seguimos con un plato de cocina fusión, de romanza con un toque de patata y queso de la Serena. La sorpresa de la noche fue el llamado carapulcra de origen peruano con papa seca y carne de ternera, cerdo, gallina,-, todo estofado. El postre fue una mazamorra morá, con maíz, membrillo, piña, patata, entre otros ingredientes.

Y después de tanta patata había que beber algo de la tierra, por eso hubo hueco para visitar una de las bodegas más novedosas y nuevas de la región, Pago de las Encomiendas en Villafranca de los Barros.

Explica el presidente que "en los estatutos de la Cofradía está promover el consumo de productos de la tierra, como los vinos y si son vinos de calidad todavía mejor". La visita a la bodega villafranquesa se organizó para "apoyar esta iniciativa que trata de dar calidad y poner a los vinos extremeños donde deben estar".