Mario tiene 18 meses y sufre leucemia linfoblástica infantil, una enfermedad grave caracterizada por una excesiva producción de linfocitos. Su vida ha transcurrido entre hospitales y fármacos. A finales del 2003 fue sometido a un trasplante de cordón umbilical y la mejoría ha sido innegable, pero sus padres quieren concebir un hijo compatible genéticamente para que un futuro, si fuera factible, pudiera ayudar a Mario como donante de médula. "¿Qué padres no desean darle una oportunidad más a su hijo?", dicen al unísono José Martínez y Josefa Ruiz, de Vilanova i la Geltrú.

Todas las posibilidades

Incansables y perseverantes, José y Josefa se han puesto en contacto con el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) al tener noticia de que el centro había pedido permiso al Ministerio de Sanidad para realizar selecciones embrionarias en casos excepcionales como el suyo. La ley española sólo lo permite a padres portadores de una enfermedad hereditaria (la hemofilia, por ejemplo) que quieren tener un hijo sano, pero no para seleccionar una compatibilidad fraterna.

"Esperemos que estas excepciones sean aceptadas. No buscamos un hijo de diseño, con ojos azules. No es un capricho", insiste Josefa.

A Mario le diagnosticaran la enfermedad a los seis meses en el Hospital de Sant Joan de Deu. Luego fue tratado en Vall d´Hebron, en Barcelona: medio año de quimioterapia. "Lo pasó muy mal --relata José--. Estaba cada vez más pálido. Menos mal que apareció un donante".

Aunque arrastra un déficit de desarrollo motor y la cortisona le hincha la cara, es un niño muy despierto. Pero sus padres no renuncian a nada. Hace poco tuvo una recaída.

"Su médula funciona, pero eso no quiere decir que la enfermedad se le reproduzca de repente", insiste la madre. A edades tan tempranas, la leucemia linfoblástica es muy rebelde. "Con tres años igual lo hubiera curado la quimio..., pero a nosotros los médicos nos dijeron que necesitaba un trasplante y que ni siquiera con él había garantías de éxito".

"Tras saber que nuestro hijo mayor no era un donante apropiado, dimos varias vueltas hasta que supimos que la selección estaba permitida en EEUU y que había un centro en Chicago.". No hubo éxito. José y Josefa piensan a largo plazo. "Somos padres. Agotaremos las posibilidades".