Lo público no quiere decir exactamente gratis. Partiendo de esta vieja reflexión del titular de Educación, Angel Gabilondo, el Consejo de Ministros aprobó ayer la convocatoria de becas universitarias para el próximo curso, en la que, por primera vez, se establece un incentivo de 150 euros para los alumnos que tengan buenos resultados académicos y un castigo para aquellos que suspendan durante dos cursos una materia. A partir de la tercera matrícula, el estudiante tendrá que costearse esa asignatura de su bolsillo, aunque podrá conservar el resto de la beca si consigue aprobar, como mínimo, el 80% de las materias en las que está matriculado.

El Ministerio de Educación calcula que los incentivos de 150 euros a los alumnos con buen rendimiento alcanzarán 11,5 millones de euros, ya que 76.000 estudiantes cumplen estos requisitos. El decreto concreta que con carácter general los beneficiarios deberán matricularse de un mínimo de 60 créditos ECTS y de entre 48 y 54 en el caso de estudios de ingeniería y arquitectura.

PENALIZACION Mientras, la penalización a los repetidores supondrá la Ministerio de Educación un ahorro de 4, 6 millones de euros en el pago de asignaturas en tercera y cuarta matrícula. El resto de las asignaturas seguirán becadas si se cumplen los mínimos aprobados.

Las asociaciones de padres Ceapa (laica) y Concapa (católica) aplaudieron la medida y el aumento en un 5% del presupuesto global de becas, 1.324 millones de euros, "el mayor de la historia", según el vicepresidente Alfredo Pérez-Rubalcaba. También apoyó el nuevo sistema de premio-castigo la conservadora Unión Democrática de Estudiantes, si bien tachó la iniciativa de "insuficiente". Para el Sindicato de Estudiantes es "un fuego de artificio". El umbral de renta para tener derecho a la beca de matrícula se ha congelado en 4.826 euros para familias de un miembro y 56.380 euros para las de ocho. Como la renta general ha caído por la crisis, el Gobierno calcula que este curso habrá un 3% más de beneficiarios. El pasado curso los universitarios becados fueron 269.000, en torno al 20% del total, y el presupuesto se cerró en 686,8 millones de euros. Por primera vez se equipara el importe de las becas-salario entre los alumnos universitarios y los de FP de grado superior.