El belga Rom Houben --de 46 años y diagnosticado de un coma desde hace 23-- se encontraba en realidad consciente todo ese tiempo y sin poder comunicarse de ningún modo debido a la parálisis que padecía, confirmó ayer Caroline Schanakerde, del equipo neurológico que ha descubierto su caso.

Houben sufrió un accidente de tráfico en 1983, tras el cual quedó en estado vegetativo y con la consciencia "extinguida", según diagnosticaron los médicos que le atendieron entonces en el hospital de la localidad belga de Zolder.

Pero la realidad era que Houben era consciente de lo que ocurría a su alrededor todo este tiempo, sólo que no podía comunicárselo a médicos ni familiares mediante gestos o palabras.

TRATAMIENTOS EXPERIMENTALES

Su caso empezó a ser reevaluado hace tres años por un equipo de neurólogos especialistas de la unidad de investigación del coma de la Universidad de Lieja y ha terminado con la conclusión de que Houben se encontraba despierto todo este tiempo.

La unidad, liderada por el neurólogo Steve Laureys, descubrió que el paciente estaba despierto a partir de tratamientos experimentales. Las conclusiones del estudio se utilizarán para otros casos de diagnósticos incorrectos en casos de coma.

En declaraciones recogidas por la prensa alemana, Houben ha explicado gracias a su ordenador adaptado: "Todo ese tiempo sólo, literalmente, soñaba con una vida mejor. La frustración es una palabra demasiado pequeña para describir lo que sentí".

Antes de sufrir el accidente, Houben era estudiante de ingeniería y un gran aficionado a las artes marciales. "Quiero leer, hablar con mis amigos mediante el ordenador y disfrutar de la vida ahora que la gente sabe que no estoy muerto", ha asegurado acerca de su futuro.

CONSCIENTE GRACIAS A LA FAMILIA

Houben asegura que logró aguantar gracias a la fe de su familia, según ha relatado hoy su madre, Fina, en una entrevista a la cadena RTL. "Dice que logró conservar las ganas de vivir porque su familia creía en él. Siempre le mantuvimos a nuestro lado", ha explicado la madre de Rom Houben.

"Cuando estaba en casa, lo teníamos en medio del salón. Nos lo llevábamos de vacaciones. Hemos estado en la Costa Azul, hemos viajado en literas de tren. La última vez que fuimos a la playa fue hace dos años", ha contado Fina Houben.

"Él estaba en el meollo, como suele decirse. En la boda de su hermana, nos lo llevamos y se quedó despierto hasta las dos de la mañana", ha explicado su madre, cuya perseverancia le ha hecho dar con el experto neurólogo belga Steven Laureys, el primero en observar que Houben tenía actividad cerebral.

PRESIONAR UN BOTÓN CON EL PIE PARA DECIR 'SI'

Fina siempre defendió que Houben estaba consciente, aunque nadie más fuera capaz de percibir las señales mudas que mandaba su hijo: "Pequeñas cosas me lo demostraban. Cuando le decía que me mirara, él levantaba un poco la cabeza y me miraba un poco. Le decía 'gira la cabeza' y él lo intentaba", ha asegurado durante la entrevista.

Todo cambió hace tres años, cuando el investigador del centro belga FNRS y director del Coma Science Group en el Cyclotron Research Center le sometió a un escáner que detectó actividad cerebral. Ello quedó confirmado cuando el paciente, de 46 años, fue capaz de presionar con un pie un botón para indicar "sí".

Tras el descubrimiento, el equipo médico diseñó una técnica para que pudiera comunicar sus pensamientos gracias a la ayuda de una logopeda, como su voluntad de plantar un árbol en la tumba de su padre.

"Este año me preguntó si podía ir a plantar un arbolito en la tumba de su padre. Y así lo hicimos. También escribió una pequeña carta con la ayuda de la logopeda. Tenía necesidad de vivir su duelo y decir adiós a su padre", relató Fina Houben.

Ahora, Rom Houben, que antes del accidente era estudiante de ingeniería y aficionado a las artes marciales, ambiciona comunicarse con sus seres queridos y publicar un libro "lleno de humor", según su madre.