Bélgica se prepara para ampliar el derecho a la eutanasia a los menores afectados por enfermedades graves incurables, 11 años después de haber legalizado el derecho a la eutanasia para los adultos. El proyecto de ley obtuvo ayer la luz verde de las comisiones de Justicia y Asuntos Sociales del Senado belga, con 13 votos a favor y 4 en contra.

El proyecto cuenta con el respaldo de la mayoría del arco parlamentario, con excepción de los democristianos, los centristas-humanistas y la extrema derecha. La Iglesia católica también se ha pronunciado en contra, aunque el debate social ha sido más bien sosegado. Ahora falta la ratificación del pleno del Senado y la Cámara de Representantes federal.

La ampliación del derecho a la eutanasia a los menores estará sujeta a una serie de condiciones, que son mucho más estrictas que las establecidas en la legislación ya existente para los adultos. El proyecto establece en primer lugar que el menor debe ser capaz de discernimiento, aunque no se fija una edad mínima, como en el caso de Holanda, donde está establecida en los 12 años. Un psiquiatra o psicólogo infantil deberá confirmar que el menor enfermo es capaz de apreciar las consecuencias de su petición y del carácter definitivo e irrevocable de la muerte.

En segundo lugar, obliga a que sea necesario el permiso expresa de los padres por escrito. Además, el sufrimiento del menor a causa de su enfermedad debe ser físico y quedan excluidos los niños con enfermedades psíquicas. También precisa igualmente que la petición de eutanasia debe estar respaldada por sufrimientos físicos imposibles de paliar en el marco de una enfermedad grave e incurable.

Finalmente, solo podrá aplicarse a los que la muerta se prevea próximo a causa de su enfermedad. Los menores cuya vida no corra peligro no podrán acogerse a ella, a diferencia de lo que ocurre actualmente con la ley destinada a los adultos.