Lujo y fama. Es el cóctel por el que las empresas de cosméticos apuestan esta temporada para vender sus perfumes. Los rostros de las actrices Monica Belluci, Liv Tyler y Catherine Zeta-Jones y del tenista André Agassi llenan estos días las marquesinas puestas al servicio de cuatro nuevas fragancias.

Cuestión de números. Un vestido de fiesta de Dolce & Gabbana cuesta en una tienda exclusiva 3.000 euros (medio millón de pesetas). Un frasco de perfume de la misma firma puede adquirirse por unos 30 euros (5.000 pesetas) en la perfumería de la esquina. Conclusión: cualquiera puede ser una fashion victim por una módica cantidad. Si al reclamo del nombre de un diseñador se le suma un rostro conocido, las ventas se aceleran tanto como el precio de la vivienda.

Las firmas, conscientes de que la pasarela crea la ilusión y los perfumes llenan la caja, han hecho una ampliación de personal. Dolce & Gabbana ha fichado a la actriz italiana Monica Belluci, que ya fue modelo de la firma hace una década, para lanzar Sicily. Belluci aparece en las imágenes promocionales exultante de sensualidad (foto).

EL ESPIRITU DE HEPBURN

Givenchy recrea el espíritu de Audrey Hepburn --que fue adicta a la casa-- con la estadounidense Liv Tyler. La hija del cantante de Aerosmith pasea vestida con modelos de alta costura por París, bajo la mirada de Mario Testino, uno de los fotógrafos de cabecera de Madonna, autor de la campaña de Very Irresistible.

Al mismo tiempo que entraba en la sala de partos, Catherine Zeta-Jones, apareció perfectamente estilizada gracias al retoque digital en la campaña de Ardenbeauty, un nuevo perfume de Elizabeth Arden al que presta su imagen la tigresa de Gales.

El contrato que André Agassi ha firmado con la firma Estée Lauder --propietaria de Aramis Life-- incluye la colaboración de la empresa en la fundación benéfica del tenista.