El mismo día que habían fijado para su boda, cancelada esta semana in extremis, estalló la bomba. Ayer, la agencia Reuters y la revista People informaron de que Jennifer López y Ben Affleck (en la foto, asistiendo a un estreno el pasado febrero) se han separado. Según los dos medios, el fin del culebrón lo ha escrito el actor. El, por lo visto, ha propuesto una ruptura de la que aún se desconoce si es temporal o definitiva.

Los artistas, cuya boda debía celebrarse ayer en Santa Bárbara, fueron vistos por última vez el viernes pasado en un restaurante de moda de Los Angeles. Luego volaron a ciudades diferentes. Ella, de 33 años y divorciada en dos ocasiones, iba a tomar el avión hacia su residencia de Miami, antes de viajar a Canadá, donde rodará una película con Richard Gere. El, de 31 años, se fue a Las Vegas, donde el sábado pasado fue visto paseando su soltería por un casino y el Hard Rock Café.

Los portavoces de la pareja aseguraron ayer que desconocen si los artistas se han separado. Sin embargo, fuentes cercanas a Affleck afirmaron que el actor había comunicado días atrás a sus allegados que había "roto" con la actriz y cantante, con la que ha mantenido un fructífero y promocional romance. Los artistas, apodados como Bennifer, se conocieron en el rodaje de Gligli, el fiasco cinematográfico del año.

RUMORES CONSTANTES

Los rumores de separación les han seguido como un fardo desde el mes pasado, cuando el actor fue visto en un club de estriptís sin su novia. Días atrás, sin embargo, trascendió que Affleck y López se disponían a casarse ayer en unos viñedos en Santa Bárbara. Cerca de 400 personas estaban invitadas.

Pero la campanada la dieron el miércoles, cuando comunicaron que posponían el enlace porque el acoso de la prensa podía aguar "el que tenía que ser el día más feliz" de sus vidas. "Cuando empezamos a considerar seriamente la contratación de tres novias para mandarlas a tres lugares diferentes nos dimos cuenta de que algo iba mal", afirmó la pareja.