La definición del amor y de la caridad cristiana es el principal tema de la primera encíclica del papa Benedicto XVI, que se publicará mañana pero que ya no es un misterio, pues el mismo Pontífice se encargó de revelar ayer todos los detalles. El Papa aborda en este texto las diversas vertientes del amor --el que se siente por el prójimo, o ágape, y la pasión humana, el eros-- y de la caridad. "Me interesaba la unidad de los dos temas, que sólo se entienden bien si se ven como una cosa única", explicó ayer.

El mismo Benedicto XVI ha ido revelando poco a poco las líneas principales de su primera encíclica, Deus caritas est (Dios es amor) , de unas 50 páginas. Ayer ofreció la última explicación sobre el documento antes de su publicación en un congreso organizado por el Consejo Pontificio Cor Unum, el organismo vaticano dedicado a la caridad. Su responsable, el arzobispo Josef Cordes, opinó que "el Papa ha reintroducido una visión católica del eros en la enseñanza de la Iglesia, que significa que es algo bueno, que debe ser purificado y madurar, pero que en sí mismo es un elemento positivo". El cardenal Francis George, arzobispo de Chicago, declaró asimismo a la agencia Reuters que la encíclica tratará de mostrar que "también el eros, la expresión sexual de nuestro amor y que es parte integral de nosotros, tiene dimensión religiosa".

UNA GUIA El amor, a los ojos de la Iglesia, es el hilo conductor del documento, con lo que se confirma que no se tratará de una encíclica programática como la primera de Juan Pablo II, Redemptor Hominis , en la que desveló los detalles de su pontificado. Ratzinger, en cambio, ha preferido escribir "una guía central de la fe cristiana".

"El amor es una palabra tan deslucida, tan ajada y de la que se abusa tanto que casi da miedo pronunciarla ... Debe ser purificada para llevarla de nuevo a su esplendor original, para que pueda iluminar nuestra vida y llevarnos por el buen camino", dijo ayer justificando los temas.

El amor, según él, tiene su expresión más pura cuando se encuentra en el matrimonio entre un hombre y una mujer y se destina a la procreación. "Es el matrimonio indisoluble entre el hombre y la mujer, que encuentra su forma más enraizada en la creación. Es allí cuando el eros se transforma interiormente en ágape, que es amor por el otro, y se convierte en preocupación por el otro, disposición al sacrificio y apertura al don de una nueva vida humana", señaló.

La segunda alude a la caridad eclesial: "Esta actividad, además de su primer significado de ayuda al prójimo, comunica también a los demás el amor de Dios, que hemos recibido".