Benedicto XVI considera "equivocado" afirmar que el Papa es infalible, "ya que un Pontífice también se equivoca", afirmación que se une a la justificación que ha hecho del uso del preservativo "en algunos casos" y que suponen un "giro clamoroso" en el Pontificado, según observadores vaticanos. Joseph Ratzinger también ha asegurado que nunca pensó en que sería elegido Pontífice y que aunque Dios le da fuerzas para seguir, se da cuenta de que a sus 83 años "las fuerzas van disminuyendo".

Joseph Ratzinger así lo cuenta en el libro-entrevista La luz del mundo. El Papa, la iglesia y las señales del tiempo. Una conversación con el santo padre Benedicto XVI, del escritor Peter Seewald, que saldrá el 23 de noviembre y del que hoy la prensa italiana publica algunas páginas, después de que el Vaticano adelantara ayer un extracto.

Además de justificar el uso del preservativo "en algunos casos", la primera vez que un Papa lo hace, Benedicto XVI afronta en el libro otros aspectos del papado, de la Iglesia, de su vida, del momento de su elección. Así, preguntado si "verdaderamente el Papa es infalible, un soberano absoluto, cuyo pensamiento y voluntad son ley", Benedicto XVI responde, de manera categórica: "Eso es una equivocación".

PUNTO DE FRICCIÓN CON LOS ORTODOXOS

Según Benedicto XVI, el Papa se comporta "como cualquier otro obispo" y solo en determinadas condiciones "cuando la tradición es clara y se sabe que no se actúa arbitrariamente, entonces puede decir que esa cuestión determinada es fe de la Iglesia". "Obviamente, el Papa puede equivocarse, ser Papa no significa considerarse un soberano colmo de gloria, sino uno que da testimonio de Cristo crucificado". La infalibilidad del Papa, aprobada por el Concilio Vaticano I, es uno de los puntos que separan a las iglesias católica y ortodoxa.

En el libro, según lo conocido hoy, Benedicto XVI cuenta que en el Cónclave del 2005, para elegir el sucesor de Juan Pablo II, estaba "seguro" de que el cargo no estaba destinado a él y convencido de que Dios, "después de tantos años de fatiga", le habría concedido "un poco de paz y tranquilidad"."La única cosa que pensé (cuando fue elegido) fue: evidentemente la voluntad de Dios es otra".

CONTRA MARXISTAS

También recuerda que en los minutos después, en la llamada Habitación de las lágrimas (aneja a la Capilla Sixtina, lugar del cónclave, donde se retiran en meditación los papas elegidos) se dirigió a Dios y le dijo: "¿Que me estás haciendo? Ahora el responsable eres tú. Me tienes que dirigir. Yo no soy capaz y si tú me has querido, ahora me tienes que ayudar". Asegura que "no sabe" si Juan Pablo II lo quiso como su sucesor y que cree que el papa Wojtyla lo dejó todo en manos de Dios.

Sobre los cambios en el mundo a partir de 1968, el Papa cuenta que desde ese año la fe cristiana ha entrado en contraste con un nuevo proyecto de sociedad "y ha tenido que soportar ataques y poner resistencia ante una generación marxista que ponía en entredicho a todo Occidente".