He cometido errores, pero el balance de estos años es positivo", a pesar de "las tramas urdidas por cuervos y víboras". El secretario de Estado saliente del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, trazó el domingo pasado esta especie de balance de sus ocho años como primer ministro del Papa, con el que salió al paso de las numerosas críticas recibidas. Las palabras de Bertone, cuyo relevo por Pietro Parolin confirmó el Papa el sábado, parecieron tener réplica ayer mismo por parte de Francisco.

En el sermón diario de las misas privadas que celebra en la capilla de la residencia de Santa Marta, donde vive, Bergoglio dijo: "Estamos acostumbrados a la cháchara y las habladurías, pero ¡cuántas veces nuestras comunidades, incluso nuestra familia, son un infierno en el que se comete este crimen de matar al hermano y la hermana con la lengua!".

El Papa añadió en su respuesta no demasiado velada a Bertone (cuya destitución ha sido interpretada como un primer paso imprescindible para afrontar la reforma de la curia a partir del próximo octubre) que "una comunidad, una familia, se destruyen por esta envidia, que siembra el diablo en el corazón y lleva a que uno hable mal del otro y así se destruya el grupo".

Bergoglio incluso utilizó una referencia a Siria en su crítica a la maledicencia: "Estamos hablando mucho sobre la paz, vemos a las víctimas de las armas, pero hay que pensar también en nuestras armas cotidianas: la lengua, los chismorreos, las habladurías". Citando los Evangelios, subrayó duramente que "quien en su corazón odia a su hermano, es un homicida".

ARGUMENTOS Bertone dijo el sábado para reivindicarse que "a veces existen balances viciados por los prejuicios" y que "un balance honesto no puede dejar de tener en cuenta el hecho de que el secretario de Estado es el primer colaborador del Papa, un ejecutor leal y fiel de los cometidos que se le confían". "Es lo que he hecho y haré", añadió. Sin embargo remarcó que un secretario de Estado no trabaja solo, ±sino en equipo, trabaja con otros cinco, un buen grupo que funciona unido".

El sábado pasado Bertone fue sustituido, con efecto a partir del 15 de octubre, por el diplomático eclesiástico Pietro Parolin. A mitad de agosto el secretario de Estado almorzó a solas con el Papa y según filtraciones oficiosas le habría trasladado su malestar por las críticas recibidas como supuesto inspirador de las pugnas en la curia que al final causaron en buena medida la dimisión de Benedicto XVI. Las mismas filtraciones indican que Bertone no habría recibido de parte del Papa el apoyo que esperaba y el desencuentro habría acelerado su recambio.