El Centro de Medicina Regenerativa (CMR) de Barcelona, que dirige el investigador Juan Carlos Izpisúa, presentará al Ministerio de Sanidad un proyecto para investigar con embriones afectados por alguna alteración congénita transmisible, avanzó ayer la bióloga Anna Veiga, que dirige el banco de células madre del CMB. En la actualidad, esos embriones son desechados antes de ser transferidos a la mujer que ha solicitado una reproducción asistida.

Veiga aseguró que dicho proyecto está elaborado y será presentado ante el Instituto de Salud Carlos III, coordinador de esas investigaciones en España, en el momento en que se apruebe la ley de investigación biomédica que, según prevé el Gobierno, entrará en vigor a lo largo de este año.

El diagnóstico preimplantacional de los embriones objeto de fecundación artificial detecta enfermedades que son transmisibles de padres a hijos, aunque los progenitores no las sufran. La fibrosis quística es una de las más graves y frecuentes. La actual ley española de reproducción humana asistida no permite utilizar embriones para investigación, salvo si han estado más de cinco años congelados en las clínicas especializadas y sus progenitores los han cedido para ser utilizados en estudios.

LOS ARGUMENTOS "Esos embriones, ahora, son eliminados, con lo que se pierde una excelente oportunidad de investigar graves enfermedades con un material biológico de máxima importancia", explicó Veiga.

La bióloga centra su actividad actual en el cultivo de células madre embrionarias que permitan obtener una línea celular pura --tejido uniforme y sano-- susceptible de regenerar un teórico órgano enfermo. Ningún grupo científico español, de los tres autorizados por el Gobierno --en Valencia, Andalucía y Cataluña-- ha logrado aún una línea celular fiable y válida, afirmó la investigadora.