El ministro de Fomento, José Blanco, ha advertido hoy de que al Gobierno se le está "acabando la paciencia" en el conflicto que enfrenta a los controladores aéreos con el gestor aeroportuario AENA después de varios meses de negociación.

Tras firmar en el libro de honor en el Ayuntamiento de O Carballiño (Ourense), que hoy celebra su tradicional fiesta del pulpo, el ministro ha subrayado en declaraciones a los informadores: "Estamos dispuestos a hablar de las condiciones laborales, pero no de hacer nada que vulnere la ley", en un proceso que añadió que se está extendiendo "demasiado" en el tiempo.

ARBITRAJE INDEPENDIENTE

Blanco ha instado a los controladores aéreos a que sienten en la mesa a representantes autorizados para llevar a cabo las negociaciones después del fracaso habido hasta ahora. En este sentido, ha reprochado al comité ejecutivo de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) que las personas que hay actualmente en la mesa de negociación "no tienen autoridad suficiente".

El ministro ha pedido a los controladores aéreos que "digan si van a la huelga" o no, y ha demandado "gente que cumpla" para poder llegar a una resolución del conflicto. Así, ha asegurado que "siempre plantean lo mismo", que es "trabajar menos y cobrar más", algo que, ha indicado, no es posible.

Blanco ha asegurado que una huelga de los controladores aéreos va a causar "un grave daño a la economía y al turismo", por lo que ha resaltado que "no pueden tener a toda la sociedad en vilo". También ha subrayado que está siguiendo el proceso "minuto a minuto" y ha insistido en que no está dispuesto "a vulnerar la ley". Por ello, ha recordado que se ha pedido que, desde la independencia, alguien arbitre" una propuesta que los controladores "deben aceptar".