Hace tres domingos, hubo un show lésbico en Cáceres. Una de las chicas fue portada de Interviú ese mismo lunes. Hace dos semanas, un arquitecto se desnudó en un espectáculo de estriptís: en octubre será portada de la revista Zero . Por aquí ha pasado Joshua, famosa drag-queen de Crónicas marcianas . Aunque la estrella que más valora el público es Nacha la Macha, transformista gaditano que trae a Cáceres una vez al mes a Rocío Jurado, a María Jiménez, a la Pantoja.

¿Qué está sucediendo en Cáceres los domingos por la noche? ¿Por qué una ciudad que hace dos años ni aparecía en las guías para gays y lesbianas hoy se ha convertido en el epicentro del ambiente en Extremadura? La explicación la tiene David Vivas: 28 años, desde los 16 empresario de la noche, gerente de varios negocios, entre ellos un antiguo bingo de la calle Santa Joaquina de Vedruna que, rebautizado como Boccaccio, se ha convertido en el local más arriesgado de la región. "Quería hacer algo atrevido, romper moldes", explica David.

TELAS DE COLORES Y los ha roto. En la medianoche del domingo, la sala se llena de telas de colores, las palabras fashion y glamour se enseñorean de la decoración, una pasarela se erige en estrella y empiezan a llegar gays, lesbianas, heteros que se saludan a besos, bailan, respetan y son respetados. "La sociedad cacereña ha reaccionado muy bien. La realidad está cambiando, ya no es tan difícil ser gay como hace cuatro años".

Un joven de Casar de Cáceres, Fabián, y otro de Aliseda, Raúl, son los organizadores de estas fiestas llamadas Urban CC ¿Entiendes? . Hasta la irrupción estelar de Boccaccio, en Extremadura había pocos locales para el mundo homo : Athos, La Revolta y el restaurante Finibús en Mérida, Lolas en Plasencia, un bar cacereño de la plaza de La Concepción, Arrabal en Badajoz... "Ahora, la gente de Cáceres ya no tiene que irse los fines de semana al barrio madrileño de Chueca. Cada domingo vienen 400-500 personas de toda Extremadura. Esto está tan de moda que acabarán declarando el Día del Orgullo Gay fiesta nacional, como el día del Pilar", ironizan Fabián y Raúl.

¿Pero qué hay en Boccaccio los domingos? Para empezar, muy buen rollo y mucha gente guapa en el sentido literal de la palabra. Chicos muy arreglados que bailan y se fotografían en grupo. Muchachas que bajan a ver qué pasa. Conocidos cacereños que se justifican: "Como es el único local donde los domingos se puede tomar una copa...".

Nada más entrar, Anabel, una elegante joven de 18 años, invita a un cóctel. Anabel viste traje de chaqueta blanco y sombrero tipo El Gran Gatsby. Es cronista taurina en la COPE y va a estudiar Periodismo en Sevilla. En la sala, Jaime, un muchacho de 17 años de Cabezuela del Valle que estudia Bachillerato Artístico en el IES Al Qazeres, se cubre de purpurina para actuar como gogó. La fiesta es un espectáculo repleto de sorpresas. A veces entran grupos de machorros irrespetuosos dispuestos a reírse, pero inmediatamente son expulsados de la sala.

"Esto no es un gueto como las fiestas rosas de El Corral de las Cigüeñas, donde se enfoca tanto hacia el ambiente, con todo de rosa, boas colgando y tanta música de María Jiménez, Rocío Jurado y Alaska que acaba por reinar el petardeo. Aquí disfrutan desde el hetero hasta el homo. Cáceres estaba aletargada y estas cosas sacuden la ciudad y la despiertan", opinan Raúl y Fabián.

David hace cuentas: "Cada una de estas fiestas sale por unos mil euros. Lo más caro son los shows lésbicos, unos 700, aunque el de esta noche sale por 500". A la una y media, la colombiana Angela y la argentina Melina suben a la pasarela, se desnudan lentamente, insinúan una tórrida relación de mujer a mujer, sacan a escena a algunas chicas a las que estrujan contra sus cuerpos y el público se entusiasma sin estridencias.

Angela y Melina viven en Madrid y llevan cuatro años juntas. Angela hace también barra americana (estriptís contorsionándose abrazada a una barra vertical) y ya ha estado en Cáceres en una despedida de soltero. Melina es profesora de Dance-Jazz. "Pero me dedico al estriptís porque me divierto muchísimo". Habla con el periodista al tiempo que, con total naturalidad, se depila la entrepierna con unas pinzas frente a una cornucopia. Tras el show y la música house, la fiesta termina con una sesión de coplas y pasodobles. A las cinco, Boccaccio cierra. A las seis de la mañana, Angela y Melina cogen el Auto Res y regresan a Madrid. Cáceres vuelve a ser una ciudad decente... Hasta el siguiente domingo.