TEtl puerto de Ashdod, el más importante de Israel, se paralizó el pasado 22 de agosto durante varias horas. ¿El motivo? Cientos de sus trabajadores estaban invitados a la boda de uno de sus líderes sindicales. El número de invitados era de 900. Eso sí que es una boda y no la de mi primo de Carmona. Bueno, fue tal la envergadura del acontecimiento que hasta afectó a la economía del país, una de las pocas boyantes ahora en el mundo. Y es que cientos de trabajadores de la carga y descarga en el puerto se cambiaron el mono del 'currelo' por atuendos elegantes y al grito de "que no farte de ná" se fueron a una de las salas de bodas de la ciudad a solazarse con sus representantes laborales.

--"Tenemos claro que es inoportuno, pero es lo que pasa cuando se trabaja por turnos. Intentamos minimizar el daño", explicó Alón Hassan , presidente de la central sindical del puerto.

Ah, qué avanzados están es Israel. Eso es unidad sindical y lo demás es cuento. Mientras aquí los paros generales están siempre revestidos de tibieza y guerra de cifras, en Israel cuando hay que parar se para, aunque sea para un asunto tan baladí como un bodorrio. O no.

Hay que añadir que el puerto ya se ha parado en dos ocasiones por temas similares como el Bat Mitzvá (ritual judío femenino) de una de las hijas del líder sindical. La realidad es que el cierre de Ashdod por unas horas tiene como consecuencia un daño colosal a la economía de Israel. En España con la que está cayendo ni casándose Toxo con Méndez se paralizaba el país. Refrán: A la boda del herrero, cada cual con su dinero.