Raquel Manzanares, asesora económica y madre de dos hijos, está en plenos preparativos de la comunión de su hija pequeña, una ceremonia en la que se gastará en torno a los 2.000 euros. «Soy creyente, aunque reconozco que no voy a misa todos los domingos. Vamos, casi ningún domingo. Pero la religión me ha ayudado en muchos momentos de mi vida. Y quiero que mis hijos se vinculen no tanto a la Iglesia católica sino a la fe», explica Raquel, que vive en Madrid. Durante tres años, acompaña a su hija -hizo lo mismo con su hijo mayor- a catequesis todos los sábados por la mañana. ¿Es consciente una niña de 9 años de lo que supone hacer la primera comunión? «Faltan pocos días y ella está muy nerviosa. No entiende muy bien. Me pregunta qué le tiene que decir al cura cuando se confiese», admite la madre.

La primera comunión es una miniboda. Empezando por el vestido. Muchas marcas de moda nupcial tienen línea de primera comunión para niñas (con precios que pueden alcanzar fácilmente los 1.200 euros). Una opción más barata es comprarlo en unos grandes almacenes, con un desembolso de unos 350 euros. Las niñas suelen ir a la peluquería para que luzcan peinados especiales con trenzas y flores. Otro imprescindible son las fotografías de estudio (las parroquias no suelen dejan entrar a los fotógrafos contratados por las familias sino que imponen el suyo). El reportaje fotográfico -realizado días antes de la ceremonia- ronda los 200 euros.

En este tipo de eventos «encontramos un reforzamiento de los roles tradicionales de género, con chicos vestidos de traje de hombre y chicas, de princesa. Se da una visión, además, muy tradicional de la familia», explican fuentes de la facultad de Sociología de la Universitat de Barcelona.

En Madrid, desde hace seis años, se organiza en un céntrico hotel una feria llamada Compritas Comuniones donde las empresas del sector muestran sus novedades, ya sea en los vestidos como en los regalos para los invitados. Esa feria tiene lugar a finales de año. Porque las comuniones, como las bodas, se organizan con muchos meses de antelación. «El restaurante, por ejemplo, lo tienes que reservar con bastante tiempo. Si esperas, te encuentras con que no tienes local para celebrar la comida», añade Raquel.

Estas ceremonias son un chollo para los restaurantes. Las familias suelen contratar menús infantiles y de adultos. Los primeros no bajan de los 45 euros y los segundos, en torno a los 60.