Si se confirmara que, como aventuraba ayer el Wall Street Journal, los pilotos no activaron los flaps del MD-82 y no funcionó la alarma sonora que debía alertarles del fallo, Boeing podría resultar corresponsable del siniestro. No puso otra alarma, que es visual, que recomendó la comisión de investigación de un accidente similar en Detroit (1987), dijo ayer el vicedecano del Colegio Oficial de Pilotos, Manuel Chamorro.

El accidente de Detroit lo sufrió el mismo modelo de avión, un MD-82 de Northwest Airlines que, al igual que el de Spanair, apuró la pista mucho más de lo habitual, apenas se levantó del suelo y se estrelló. 154 pasajeros murieron, igual que en Madrid. Se falló que el piloto no había activado los flaps y los slats, que no había hecho los chequeos en todo despegue y que la alarma complementaria no funcionó por un fallo en los sistemas eléctricos. La culpabilidad del caso recayó sobre el piloto, pero en Madrid, la situación no es la misma porque la recomendación número 12 de la investigación instaba a los fabricantes a habilitar la alarma para que al despegar el piloto recibiera otro aviso de que ese elemento imprescindible para que tome altura no está activado.