Ahora le toca a Bolivia. Desde hace dos años, el colectivo de inmigrantes bolivianos en España, que hasta entonces sólo tenía una presencia marginal, registra un aumento espectacular semejante al que vivieron ecuatorianos y argentinos. En términos porcentuales, los bolivianos ya fueron el colectivo que más creció en el 2004. El 1 de enero de 2005, en España había empadronados 96.800 bolivianos, un 80% más que el año anterior, cuando había 52.300, según el Instituto Nacional de Estadística. Ese crecimiento ha continuado durante el 2005 y las asociaciones de bolivianos y la embajada de ese país cifran en 140.000 las personas que residen en España.

Se trata de una inmigración sobre todo femenina, pues las mujeres suponen entre el 60 y el 70%. "Casi todas trabajan en el servicio doméstico y los hombres en la construcción", dice Elsa Oblitas, del Centro Boliviano Catalán que opina que la razón de este rápido crecimiento es que "en Bolivia se ha extendido la emigración a España como una moda". "Además, las riquezas del país están en manos de empresas extranjeras y no queda nada para nosotros", clama.

Esa dinámica migratoria se ha visto incentivada por el hecho de que España no les exige visado. Los vuelos directos a España han pasado de uno cada tres meses a ocho al mes. "Antes no se atrevían a venir porque temían que en las escalas en París o Roma les deportaran", explica.

Edwin Pérez, periodista boliviano especializado en la inmigración, destaca que 2 de los 10 millones de bolivianos viven fuera del país y que España es el destino europeo, mientras que los otros países a los que van son Argentina, Brasil y EEUU. También señala que se dividen en económicos y ecológicos. "Los primeros buscan una vida mejor; los segundos son campesinos a los que las explotaciones mineras han arruinado sus campos y tienen que marcharse. Como el país está destrozado, sólo les queda venir a España".